19.05.2013 Views

Edición Digital - Fundación Luis Chiozza

Edición Digital - Fundación Luis Chiozza

Edición Digital - Fundación Luis Chiozza

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

182 LUIS CHIOZZA<br />

R. (Freud y Breuer, 1895d*) o en La interpretación de los sueños (Freud,<br />

1900a [1899]*). En pocas pala bras: llamamos somático a lo psíquico<br />

inconciente, cuando su signifi cado no llega a la conciencia.<br />

No cabe duda de que este punto es esencial para la discusión que<br />

hoy sostenemos. Cuando hace un momento Green decía, por ejemplo,<br />

que el lenguaje corporal tiene por función no comu nicar, afi r maba algo<br />

verdadero. Pero esta verdad es sólo el cincuenta por ciento de la verdad. El<br />

otro cincuenta por ciento consiste en el hecho de que el lenguaje corporal<br />

tam bién intenta, a su manera, comunicar.<br />

En cada sesión psicoanalítica podemos ver cualquier fenómeno que<br />

proviene del paciente, y no sólo su discurso verbal, como un triunfo de la<br />

resistencia que “se propone” no comu nicar aquello que intenta mantener<br />

reprimido. Pero también podemos verlo como un intento de comunicación.<br />

Creo que los dos as pectos están siempre presentes, y además, que predomine<br />

uno u otro de pende también de la capacidad del intér prete.<br />

Lo que me parece más importante comprender, sin embargo, es<br />

que en algún momento de nuestra interpretación teórica se produce un<br />

deslizamiento lamentable por obra del cual confun dimos mentalización<br />

conciente con mentalización inconciente. Deci mos entonces que un<br />

fenó meno carece de sig nifi cación por el he cho de que esta signi fi cación<br />

permanece inconciente.<br />

Frente a un fenómeno corporal solemos decir que no consti tuye un<br />

lenguaje, que no hay allí comunicación, por la sen cilla razón de que esa<br />

comunicación no se descifra fácil mente. Pero, en última instancia, antes de<br />

Freud, también pasaba esto con la histeria.<br />

Por todas esas razones me parece fundamental distinguir en tre los tres<br />

tipos de existentes concientes que ya menciona mos. Cuando se trata de<br />

un recuerdo, que aparece en la concien cia, surge pleno de signifi cación.<br />

Cuando se trata de una sensación somá tica nos encontramos a mitad de<br />

camino en tre la noticia y la ig norancia de su signifi cado. Cuando se trata<br />

de una alteración somática perceptible, en cambio, so lemos confundir el<br />

hecho de que su signifi cación permanezca inconciente con una carencia de<br />

signifi cado que avala, fal samente, una afi rmación teórica.<br />

Creo que en la circunstancia de una enfer medad somática, nos<br />

encontramos frente a un caso particular de aquello que Freud deno minaba<br />

doble inscripción. Frente a un infarto de miocardio in doloro, que me he<br />

enterado que padezco porque me lo ha comuni cado un médico, puedo decir<br />

que es psíquica mente “mudo”. Sé ahora, gracias al médico, que tengo un<br />

infarto, y debo pregun tar por lo que signifi cará en mi vida. ¿No se parece<br />

esto, acaso, a lo que ocurre cuando se le co munica, sin más, a un semejante,<br />

que tiene un complejo de Edipo?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!