Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
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154 LUIS CHIOZZA<br />
hubiese expresado en un lenguaje verbal. Añade que esto hubiera<br />
ocurrido en lugar de “sentir el impulso” o de “tener la<br />
sensación de él” (Freud, 1915e*, pág. 195), como le sucede a la<br />
enferma de Tausk. Parece evidente que esta sensación somática<br />
constituye el “sesgo hipocondríaco” al cual se refi ere Freud.<br />
2) La expresión organ-speech no ofrece dudas, por su<br />
construcción gramatical, en cuanto al hecho de que el término<br />
organ indica de qué clase de speech se trata (Eckersley y<br />
Eckersley, 1960). Numerosos ejemplos, similares a los que<br />
hemos citado, permiten afi rmar que ocurre lo mismo con el<br />
alemán Organsprache. Por lo tanto, se trata de una clase especial<br />
de lenguaje, lenguaje “del órgano”, distinto del lenguaje<br />
verbal.<br />
A partir de las dos afi rmaciones anteriores podemos sostener que,<br />
en las palabras de Freud, el dicho esquizofrénico, verbal, no es todavía<br />
lenguaje de órgano, sino que deviene ese tipo de lenguaje por el hecho de<br />
tener allí, en ese caso, un “sesgo hipocondríaco” (Freud, 1915e*).<br />
Es decir que, ya sea a través de una alteración somática perceptible<br />
(signo), como sucede en la histeria, o a través de una sensación somática<br />
(síntoma), como es el caso de la hipocondría, se habla con el órgano (o,<br />
también, como veremos luego, es el órgano el que habla).<br />
Ya en el historial de Anna O. (Freud y Breuer, 1895d*) surge la idea<br />
de que no solamente el discurso verbal puede tener como referentes a los<br />
órganos y sus funciones, sino que los órganos mismos pueden “intervenir<br />
en la conversación” (mit-sprechen) (Freud y Breuer, 1895d*, pág. 61 n. 3<br />
y pág. 163 n.).<br />
El término mitsprechen, utilizado para designar al “interesante y no<br />
indeseado fenómeno” (Freud, 1895d*, pág. 301) por el cual un síntoma,<br />
sensación o perturbación somática “responde”, “se entromete”, “interviene”,<br />
“participa” o “se mezcla” en la conversación, se repite varias veces en la obra<br />
de Freud (Freud, 1896b*, 1918b [1914]*; Freud y Breuer, 1895d*).<br />
III. La zona erógena como fuente, agente<br />
y objeto de la expresión lingüística<br />
En un ex tenso y meduloso párrafo del historial de Isabel de R., Freud,<br />
al ocuparse de la simboliza ción en la histeria, analiza el uso de algunos giros<br />
lingüís ticos como los que equiparan una injuria a una “bofetada”, una ofensa a<br />
una “espina en el corazón” y el hecho de no po der defenderse de un ultraje con