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Edición Digital - Fundación Luis Chiozza

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OBRAS COMPLETAS TOMO V 261<br />

realidades complejas. O sea que no está hablando de recuerdos elementales<br />

sino más bien de fragmentos extraídos de realidades complejas. Pero este<br />

producto químico es una creación. Tiene efectos inmediatos.<br />

Si vemos en amplitud la obra de Freud, nos vamos a encontrar con que,<br />

por ejemplo, lo que él afi rma acerca de los afectos, cuando dicen que son<br />

ataques histéricos universales y congénitos, es un pensamiento que implica<br />

una afi rmación muy categórica acerca de que desde lo congénito aparece<br />

una estructuración que tiene características muy complejas, en las cuales<br />

aparece la capacidad de simbolización, de sustitución, de representación;<br />

aparecen una fantasía cobertora (por así decirlo) y otra encubierta.<br />

Creo que atendiendo al modo de pensar de Freud no cabe duda de que<br />

él pensaba en esas fantasías originarias y no solamente en fantasías acerca<br />

de los orígenes.<br />

Del mismo modo, la pretendida fantasía objetiva es inaccesible, y la<br />

versión que apareció en el análisis entre Freud y el “Hombre de los Lobos”<br />

(Freud, 1918b [1914]) es un acceso.<br />

En toda la teoría psicoanalítica se establece que es una estructuración<br />

del aparato cognoscitivo la que nos vincula con los dos tipos de realidades.<br />

Existe en la conciencia, defi nido por Freud, un modo de determinar lo que se<br />

llama “presencia material”, que es totalmente distinto de lo que es “ausencia<br />

material y presencia en el recuerdo”. Sin esto, la teoría psicoanalítica no se<br />

puede sostener; sin esta oposición, esta diferencia, no hay arquitectura para<br />

la teoría; la presencia primordialmente es presencia material, presencia a<br />

los sentidos; lo otro, la “presencia” en el recuerdo, es la representación (me<br />

refi ero aquí no tanto al carácter de representante delegado, como al carácter<br />

de representación mnemónica, pero este es otro punto).<br />

Freud hablaba (y, a través, justamente, de las protofantasías) de la<br />

hipotética horda primitiva, o hablaba de la comida totémica. Me pregunto:<br />

¿es que esto ocurrió? No sé, desde nuestro campo de trabajo psicoanalítico<br />

esta afi rmación tiene el mismo valor de un recuerdo encubridor.<br />

¿Qué pensar acerca de los descubrimientos positivos realizados en la<br />

ciencia? ¿Creemos de veras que pueden salir de la observación sola en<br />

el vínculo con el objeto percibido materialmente y que no participa una<br />

actividad de fantasía, que es una estructuración creativa? Cuando Freud<br />

(1950a [1895]*) describe en el “Proyecto de psicología” (una obra que<br />

estaba en un nivel de abstracción teórica muy lejano de sus observaciones<br />

clínicas) las barreras de contacto, precede en dos años al descubrimiento de<br />

Sherrington sobre la sinapsis neuronal. Esta fantasía, ¿no es creadora? Es<br />

cierto que podemos referirnos a la fantasía como un instrumento defensivo<br />

que en su afán de bloquearnos el acceso al recuerdo nos bloquee también<br />

el acceso a la signifi cación y al conocimiento de una parte de la realidad.

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