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Edición Digital - Fundación Luis Chiozza

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OBRAS COMPLETAS TOMO V 101<br />

puede desempeñar, pero rechaza el empleo de cincuenta dólares semanales<br />

que le ofrece Charley, a quien le pide esa misma cantidad todas las semanas,<br />

llevando la “cuenta al centavo” de un préstamo que no podrá devolver.<br />

Pero, como dice Charley, “no sólo se necesita un modesto sueldo”. Willy<br />

Loman necesita salvar el orgullo de los Loman y sueña, desesperadamente,<br />

con hacer las cosas “muy a lo grande”. Aunque se siente en el borde del<br />

fracaso, no quiere “descender”, convirtiéndose en un empleado de Charley,<br />

“un hombre que no sabe coger una herramienta...”.<br />

VIII. “Esto es un negocio, amigo mío,<br />

y cada cual ha de rendir lo que pueda...”<br />

Charley le replica a Willy: “Lo llamaste Howard, pero no puedes<br />

vender eso. Lo único que tienes en el mundo es lo que puedes vender...”,<br />

pero Willy simula no entender. Del mismo modo pretende entender el que<br />

Charley le diga: “Mi salvación es que nunca me interesé en nada”, porque<br />

Willy niega que el interés que ha puesto en sus hijos no es una dádiva sino,<br />

por el contrario, una deuda.<br />

Cuando Willy, frente a Howard, pretende poseer una capacidad que<br />

no tiene con el fi n de recibir dinero sin reconocer una deuda, necesita<br />

negar, para sostener esta postura, que el dinero pertenece a quien, como<br />

su hermano Ben, bien o mal se lo ha ganado. Dado que esta negación<br />

choca con la meta a la que apunta su vida, la conclusión es obvia: siente,<br />

en el fondo, como un robo, su pedido de ayuda. Cuando elogia a sus hijos<br />

“temerarios” por robar la madera del vecino, y Charley le advierte que<br />

la cárcel está llena de temerarios como ésos, será su hermano Ben el que<br />

replica: “pero también la bolsa de valores”.<br />

Aquello que Willy pide a Howard no es un sueldo, ni un préstamo,<br />

ni un regalo, porque sabe que no puede devolverlo ni en trabajo ni en<br />

dinero, ni ofreciendo genuinamente gratitud. Exige la devolución de una<br />

presunta deuda, o, lo que casi es lo mismo, una indemnización fi cticia.<br />

Pretende que aquello que necesita y Howard tiene, le pertenece por<br />

derecho, porque se lo ha ganado. Pero en este punto sus argumentos son<br />

débiles, y por eso necesita negar que el dinero de Howard, bien o mal<br />

habido, es un recurso propio que tiene el derecho de otorgar o negar.<br />

Willy, como todos los que se sienten incapaces, aceptará sentirse algunas<br />

veces culpable y otras acreedor, pero nunca deudor. No está obligado<br />

a prestar ni a regalar porque se siente pobre, y aquello que le prestan<br />

deberá pagarlo Dios. Prefi ere ignorar que, aunque el aire es gratuito, el<br />

descanso no implica dejar de respirar.

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