Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
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OBRAS COMPLETAS TOMO V 223<br />
lugares donde se practica la me dicina interna (en última instancia, yo me<br />
he quitado la ve sícula biliar y estoy muy bien; no sé si mi envidia ha desaparecido,<br />
pero ¡lo cierto es que no tengo más cólicos bilia res!).<br />
Yo, por lo tanto, no pediría una intervención sobre ese plano, pero<br />
la pediría, por cierto, si tuviese un colon irritable pe noso, o una de esas<br />
dispepsias sine materia que vuelven in feliz la vida de muchas personas<br />
impidiéndoles incluso hasta el salir de sus casas. Pienso que esta po dría ser<br />
una elección muy importante para la psicosomática, porque en es os casos<br />
nosotros, internistas, no hacemos abso lutamente nada.<br />
Repito entonces que, a mi modo de ver, en el ámbito de la psicosomática<br />
el problema consiste fundamentalmente en hacer una elección oportuna.<br />
No me parece tan importante sa ber, <strong>Luis</strong>, si es verdadero, o no, que existan<br />
las fantasías específi cas de órgano, pero me preguntaría hasta qué punto es<br />
productiva esa idea. Hay ideas que no han producido nada. Mendel, por<br />
ejemplo, descubrió las leyes de la genética so bre las arvejas; nadie se dio<br />
cuenta, pero luego las han re tomado. Por lo tanto, repito, desde el punto de<br />
vista de la investigación tengo el máximo respeto por todos, pero también hay<br />
que preguntarse si, más allá de la investigación, no es útil elegir atentamente<br />
aquellos campos donde las perso nas piden una ayuda que hoy no reciben.<br />
EMILIANO PANCONESI (Florencia): –Yo me había propuesto permanecer<br />
callado, pero una onda de narcisismo violento me ha conmovido: es tal vez<br />
una epide mia que vaya a saber de dónde viene... La intervención de Cagli<br />
me ha convencido para que hablara, porque yo soy un somatista, pero no<br />
se me puede declarar internista, ya que soy “externista” –es decir que me<br />
ocupo de la dermatología–, y dado que también estoy en el pecado original<br />
de ser univer sitario, pienso un poco diferente del colega con el cual tengo,<br />
por otro lado, impresiones muy similares. Yo creo que la inves tigación debe<br />
continuar, sin embargo, aunque no nos lleve a hechos prácticos utilizables.<br />
En esta magnífi ca jornada de “divertissement” psíquico en la cual he<br />
aprendido tantas cosas y tantas otras no he compren dido, he oído mencionar<br />
poco a la piel.<br />
El motivo de mi interés no reside en la culturalización del problema;<br />
me pregunto, sin embargo, si tal omisión no tendrá un signifi cado; si, en<br />
otras palabras, la misma “externalidad” de la patología de la cual me ocupo<br />
no los hace cometer un anti lapsus, porque han hablado, en sus ejem plos, de<br />
infarto, diabetes, etc., pero no de la piel.<br />
La piel es un órgano extensísimo, extremadamente complicado, con<br />
muchos tipos de patología; un órgano que escribe sobre sí mismo mensajes<br />
con una gráfi ca muy interesante desde vuestro punto de vista (y, por lo<br />
tanto, también desde el mío, aunque estoy aquí para apren der). Me deja