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Edición Digital - Fundación Luis Chiozza

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OBRAS COMPLETAS TOMO V 183<br />

Es cierto que existe todo un desarrollo teórico acerca de la signifi cación<br />

propia del complejo de Edipo, que es conciente den tro de la comunidad<br />

psicoanalítica, y que no podemos de cir lo mismo en lo que respecta a la<br />

signifi cación propia del infarto cardíaco. Pero que esa signifi cación no forme<br />

parte de los cono cimientos que poseen consenso, o que no se esté de acuerdo<br />

con respecto a ella, no es lo mismo que el haber demostrado su inexistencia.<br />

Si tenemos que elegir entre una y otra posición teórica, y no aceptamos el<br />

hecho de que la investigación progresa continua mente en el descubrimiento<br />

de signifi cados específi cos de dis tintas alteraciones orgánicas, debemos<br />

tener en cuenta, por lo menos, aquello que la observación demuestra una<br />

y otra vez: el perfi l biográfi co de los pacientes con in farto de miocardio<br />

es diferente del perfi l biográfi co de los pacientes con esclerosis en placas,<br />

leucemia o diabetes, por ejemplo, los cuales, a su vez, difi eren entre sí.<br />

La idea de Freud de que la excitación de un órgano funciona como “una<br />

cuasi-pulsión”, que Green cita, me parece impor tante para el tema que nos<br />

ocupa. Si bien la excitación pro ducida por la altera ción de un órgano puede<br />

diferenciarse de las pul siones clásicamente reconocidas, no se diferencia<br />

tanto de lo que es una pulsión dentro de la teoría de las pulsiones.<br />

La teoría psicoanalítica sostiene que la pulsión es el pro ducto de una<br />

necesidad que surge, en la fuente, como una ca rencia, y esa carencia puede<br />

ocu rrir mediante la interven ción de una causa “exterior”.<br />

La carencia, más allá de un cierto límite, se transforma en una desestructuración<br />

de la fuente, en una alteración del órgano. Así como afi rmamos<br />

que una alteración tóxica o des tructiva de un órgano, proveniente de<br />

una causa “exterior”, es una “cuasi-pul sión”, podemos decir también que<br />

una pulsión insatisfecha puede al terar un órgano, cuando la erotización de<br />

las zonas veci nas es insufi ciente.<br />

El punto central alrededor del cual gira toda la cuestión es si<br />

aceptamos o no que, tal como surge de la segunda hipóte sis fun damental<br />

del psicoanálisis, llamamos somático a lo psíquico in conciente cuando<br />

accede a la conciencia privado de su signifi cado inherente.<br />

ANDRÉ GREEN (París): –Querría precisar también yo mi posición, ya<br />

que podría haber suscitado algunos malentendidos en lo que se refi ere a<br />

las rela ciones de lo psíquico y lo somático. El dualismo de la reu nión, el<br />

dualismo del cual hablo, no es un dualismo de sen tido: se trata de rendir<br />

cuenta, simplemente, de los diver sos niveles de organización que conducen<br />

a una relativa au tonomización de lo psíquico. Si no se toma en cuenta esta<br />

relativa au tonomización de lo psíquico, no se puede ver su especifi ci dad.<br />

¿La psiquiatría es algo diferente de la medicina? Sí y no, pero confi eso<br />

que si alguien sostuviera que la psiquiatría es medi cina, diría: “Bien, se

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