Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
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OBRAS COMPLETAS TOMO V 187<br />
represen tación, nos estamos refi riendo a un elemento psíquico mucho más<br />
rico en restos mné micos de la per cepción. No encuentro en esto mayor divergencia<br />
con lo que afi rma Green; me parece que lo central de la divergencia<br />
re side en otro aspecto de la misma cuestión.<br />
Esta mañana se planteó aquí que en la histeria el sufri miento psíquico<br />
es reducido al silencio. Green afi rmó enton ces que en la enfermedad<br />
somática la signifi cación es redu cida al silencio, y agregó enseguida que<br />
la en fermedad somá tica destruye la signi fi cación. Comparto sin mayor<br />
difi cul tad la primera afi rmación y, con algunas reservas, podría suscribir<br />
las dos últimas, pero me interesa subrayar otra cosa.<br />
Cuando algo es reducido al silencio, el silencio no demues tra la ausencia<br />
de un signifi cado, sino precisamente lo con trario, el reconocimiento<br />
tá cito de una signifi cación que ha sido silen ciada. Análogamente, diría que<br />
la enfermedad so mática tiene la signifi cación que destruye.<br />
Estoy de acuerdo en que hay cosas que se dicen y otras que se hacen,<br />
pero sabemos muy bien que se puede hacer con lo que se dice y decir con<br />
lo que se hace. El hecho de que Green titulara su libro sobre los afectos El<br />
discurso vi viente me parece que marcha en la misma dirección. Justa mente<br />
por que concuerdo con Green en que el lenguaje verbal es sólo uno entre<br />
otros len guajes, me importa subrayar el ca rácter comunicativo del afecto<br />
como proceso en el cual lo somático y lo psíquico son in separables.<br />
El afecto es actualidad, pero también representación; no sólo es un proceso<br />
cuantitativo de descarga, sino también una reminis cencia histórica.<br />
Para interpretarlo debemos pe netrar en el te rreno de los símbolos universales,<br />
en el te rreno de la herencia arcaica, en el terreno de los signifi cados<br />
fi logenéticos, y es claro que allí no nos podemos mo ver con la misma<br />
comodidad con que lo hacemos cuando se trata de recuerdos infan tiles.<br />
Es un terreno que nos llena de inquietud, pero debemos tener presente<br />
–lo reitero– que el hecho de que una sensación se presente a la con ciencia<br />
privada de una signifi cación inhe rente no signifi ca ha ber demos trado que<br />
carece de ella en lo inconciente.<br />
ARNALDO BALLERINI (Florencia): –Me parece que el debate entre Green<br />
y <strong>Chiozza</strong> promueve pro blemas de tipo epistemológico o relativos a la<br />
multiplicidad de los lenguajes del cuerpo. Ha surgido de manera bastante<br />
clara que la lengua del cuerpo no es una especie de espe ranto, es decir, una<br />
lengua única, sino un conjunto, no sa bría decir si de dialectos o de lenguas<br />
derivadas de cepas lin güísticas sustancialmente di ferentes (de las cuales<br />
algu nas han sido hechas para comunicar, y otras no; o algunas se caracterizan<br />
por una revi vifi cación interpersonal que las vuelve comprensibles y<br />
otras son de difí cil revivifi cación).