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dolor de mi alma.
Mi vida empezó a dar un giro, volví al colegio para superarme y seguir caminando hacia
adelante, muchas veces me detuve, pero ese ángel me daba empujones y palabras de
motivación, conocí personas con las cuales compartí experiencias y ayudaron a cambiar
mi vida. El Colegio se hizo parte de mi vida, en él conocí a unos compañeros: Alex,
Bairon, Andrés y Juan. Ellos más que compañeros eran mis amigos. Tuvimos muchas
aventuras, pero una de ellas es la que más ha estado y estará en mi mente por el resto
de mi vida. Fue un sábado a mediodía, decidimos caminar hacia una montaña donde
decían que habitaba una vaca con cuernos de cinco metros y con ojos de color rojos,
que atacaba cuando tocaban a su pequeño becerro, comenzamos a caminar sin importar
lo que decían de ese lugar, durante el camino Juan se quedó botado, comenzó a llover
muy fuerte y de pronto no miramos más a Juan, había caído a un hueco quedó guiñando
de una roca, Juan gritaba de miedo y yo decidí ayudarlo, le dije este tranquilo, no te
preocupes yo te ayudaré. Me acerqué como pude, me quité la camisa y le dije: agarra
mi camisa y sostenla fuerte para y así fue que pude salvar a Juan. El me dio las gracias.
Luego comenzamos a reírnos del rostro que hizo Juan al estar guindando de esa roca,
seguimos caminando unas horas más y de repente comenzó a oscurecer; de pronto se
observa a lo lejos una pequeña luz y Andrés empezó a seguirla, pero Alex se le adelantó
y nosotros empezamos a correr detrás de ellos dos. Sin percatar, la luz desapareció,
recordamos lo que decían de esa montaña, todos nos quedamos sin mover, empezamos,
a escuchar unos pasos pesados, que cada vez más se acercaban a nosotros, hasta que
se detuvo y miramos todos hacia atrás y observamos esa enorme vaca de color negro y
sus ojos color rojo fuego, sus cuernos con una punta de agujas, pero fuertes y su nariz
expulsaba fuego, Bairon gritó “corran” y todos comenzamos a correr hacia el otro lado de
un río. Después de toda la odisea y súper asustados decidimos bajar la montaña.
Ese día fue el más divertido de mi vida, pasaron los días y todo parecía marchar bien,
sentía que podía respirar libremente olvidándome de mi pasado, cuando de pronto pasó
un acontecimiento que apagó parte de mi alegría, mi amigo Alex sufre la pérdida de
su madre, destruyendo sus sentimientos y apagando sus esperanzas, el dolor de él era
inconsolable, mis lágrimas cayeron por mirarlo destruido, pero comencé a darle aliento,
motivarlo y hoy por hoy lo observo feliz con ganas de vivir, al igual que yo. Conforme
pasaba el tiempo se escribió la nueva página de mi vida, comprendiendo que la vida la
puedes cambiar de la tristeza a la felicidad, de la oscuridad a la luz con solo superar tus
miedos.”
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