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El de la esquina
CENTRO EDUCATIVO: Instituto de Alajuela
DIRECCIÓN REGIONAL: Alajuela
BIBLIOTECÓLOGO: Fabiola Aguilar León
DOCENTE: Guisell Oses Gutiérrez
AUTOR: Sandra Viviana Londoño Ariza
SECCIÓN: 9-9
n este mundo existen distintos tipos de personas. Todo cambia de un humano
a otro, desde su tamaño, contextura, raza, y cara, hasta sus ideales de vida y
expectativas para el futuro; así como su forma de pensar y sentir las cosas. Es lo
que distingue a cada uno, a veces más que su propio nombre. Sin embargo, muchos
deciden seguir los mismos patrones que se han establecido por parte de la sociedad,
encajándoles en un modelo de vida que coincida con la mayoría. Esta situación
viene desde mucho antes de ingresar enteramente a la sociedad consumista, pues
ésta prepara a los individuos, desde sus primeros años, para actuar de una forma
conveniente para los grandes mercados y gobiernos.
No obstante, esta historia no se trata sobre eso. Lo recién mencionado apenas es
una pequeña referencia sobre lo que hace el pensamiento conformista: encasillar a
las personas en la zona del “no-pensar”. El fin de este relato es hablar de aquellas
personas que no son capaces de seguir el modelo de vida ideal.
El ritmo de sus pasos casi encajaba con el de la batería de la canción que resonaba en
sus oídos, proveniente de los diminutos audífonos: “sus mejores amigos”, les llamaba.
La ciudad seguía su curso diario, personas por allá y por acá, enfocados en sus propios
asuntos; aparatos electrónicos a la moda y conversaciones vanas con algún conocido.
Ese era el mundo que él conocía, lleno de indiferencia. A veces se preguntaba si alguna
vez había sido distinto, si las personas al chocar se disculpaban amablemente, en vez
de gritarse algún insulto revuelto con la rabia. Sus discernimientos sobre la actitud
de las personas, y el porqué de ese actuar, le llevaron a extraviarse en una calle que
no conocía. Absurdo se le antojó el hecho, y se echó a reír con ganas, burlándose
de su propio descuido. Al menos no le costó mucho volver a encontrar la ruta que
normalmente tomaba para ir al colegio, dejándose llevar por sus pensamientos,
divagando entre ideas tontas y abandonando sus razonamientos acerca de las otras
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