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Los tugurios también sueñan
CENTRO EDUCATIVO: Colegio Carlos Manuel Vicente Castro
DIRECCIÓN REGIONAL: Coto
BIBLIOTECÓLOGO: María Eulogia Beita Chacón
DOCENTE: Silvia Torres
AUTOR: Dayana González Orozco
SECCIÓN: 11-1
uando pensamos en alguna comunidad, llegamos a creer que es un lugar donde
hay drogas, vandalismos y otras cosas más. Pero nunca imaginamos que hubiera
alguien con algún talento que espera ser descubierto, como le sucedió al joven de
nuestra historia.
Vivía en una comunidad como cualquier otra. Había problemas de drogas, antivalores,
pero también había gente con talento, con habilidades que esperaba que alguien se
fijara en ellos; así esperaba un joven que vivía en el precario de la comunidad.
Su nombre era Luis. Era un joven de 18 años, alto, ojos cafés, cabello lacio muy negro,
de contextura delgada. Trabajaba con un tío en un taller y estudiaba por la noche.
A Luis le llamaba la atención las artes escénicas, quería ser actor, de esos grandes,
que actuaban en teatros grandes. Soñaba con la magia que el teatro le podía hacer
experimentar. Él cursaba el último año de secundaria, y solo esperaba los exámenes
de admisión para ingresar a alguna universidad.
Las semanas pasaron y al fin llegaron, estudió como nunca porque deseaba realizar
la prueba de admisión de la Universidad Nacional; ya había investigado que allí daban
la carrera que quería seguir, la de ser actor de teatro.
Pasaron los días y las semanas y al fin llegaron los resultados de los exámenes de
bachiller y los de la prueba de admisión. Con gran entusiasmo abrió los sobres que
contenían los resultados tan esperados. Grande fue su sorpresa cuando leyó los
resultados y comprobó que había ganado ambas pruebas y con notas de 80. Ya se
había hecho realidad sus sueños, podía estudiar la carrera que tanto había deseado,
pero todo no acaba ahí; también había obtenido una ¡beca completa de la universidad
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