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Al día siguiente, cuando la pequeña arañita despertó, dijo a su madre:
-Mamá tengo mucha hambre y su madre le dijo: -Lo siento cariño, hoy no hay nada
para comer, luego cuando la arañita abrió la refrigeradora, vio que no había nada, solo
telarañas y la pobre arañita tuvo que quedarse con mucha hambre. Ese mismo día,
al atardecer llegó un ejército de grandes polillas, que comenzaron a destruir todo a
su paso.
La pequeña arañita se dijo a sí misma: -Ahora es cuando tengo que demostrar mi
valentía, se fue donde se encontraban las polillas y empezó a golpear a una de ellas,
cuando la polilla se volvió y vio quién era, se empezó a reír a carcajadas y de una
sola patada la envió al suelo, muy adolorida la arañita recordó lo bien que sabe tejer
las trampas, y decidió tejer una muy grande.
Todas las polillas quedaron atrapadas en las magníficas trampas de la arañita y
mientras estaban pegadas a la telaraña, la arañita las amarró de pies y manos.
Y así se convirtió en la gran heroína, consiguió comida para todo el pueblo haciendo
realidad su hermoso sueño.
El hombre aislado
CENTRO EDUCATIVO: CTP de Calle Blancos
DIRECCIÓN REGIONAL: San José Norte
BIBLIOTECÓLOGO: Flora Montero Mora
DOCENTE: José Murillo Torres
AUTOR: Wálter Gómez Umaña
SECCIÓN: 11-5
rase una vez en la que el mundo no tenía humanos, solo un hombre existía.
Todos los días él pasaba pensando sobre el cielo, el silencio, él no hablaba, pero
no por qué no supiera hablar, él no necesitaba hablar, por qué no había nadie
más con quién hablar, pero a él no le importaba, de hecho le gustaba la idea, solo
tenía que pensar.
Su nombre es Glen Heinsberg, tiene 67 años y ha pasado 40 años divagando
por el mundo en búsqueda de conocimientos nuevos, el más mínimo detalle que
encontrara en cualquier objeto era un nuevo conocimiento para su archivero infinito
de conocimientos.
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