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Al amanecer vi a Cindy, la señora a cargo del orfanato, le comenté de la aventura de la
noche con mis amigos, ella me sugirió no volver a hacerlo, pero no me dijo por qué.
La noche siguiente decidí seguir a mis amigos otra vez al sótano, esta vez llevaba un
foco para mí, con tan mala suerte que al bajar las escaleras, un tablón se quebró y yo
fui a parar al suelo muy golpeado y asustado. En ese momento veo que se me acerca
una mano de tres dedos y volví a salir huyendo hacia mi cuarto para esconderme
debajo de la cama. Estando ahí, vi los pies de alguien que rodeaba la cama, me
jalaron de los brazos muy fuertes, me agarraron y me sentaron en una silla para
iniciar una especie de brujería conmigo. En ese momento, aparece una luz, era Cindy
que me buscaba, todo desaparece a mi alrededor y ella se asusta de lo que le conté
e insiste que ellos no son mis amigos y que tenga cuidado.
Esa misma noche, volví al sótano porque tenía demasiadas dudas a las que quería dar
respuesta. Ahí escuchaba voces que me llamaban, eran los amigos del orfanato y la
voz de una mujer que se me hacía conocida. Ella me llamaba hijo, decía ser mi madre,
y cuando le pedí que se acercara para ver su rostro, se mostró desfigurada, pidiendo
perdón por haberme abandonado en ese lugar. Yo quise abrazarla, sin embargo, Cindy
llegó y no me lo permitió. Me indicó que perdonara a mi madre para que descansara
en paz y que perdonara a mis amigos, los cuales eran espíritus de niños que habían
muerto a causa de aquella mujer que por abrazarlos, los asfixiaba para llevarlos con
ella creyendo que aquellos niños eran su hijo bien amado abandonado en la puerta
del orfanato.
La pequeña araña
CENTRO EDUCATIVO: CTP de Purral
DIRECCIÓN REGIONAL: San José Norte
BIBLIOTECÓLOGO: María Gabriela Montero Bolaños
AUTOR: Cristian Molina Salazar
SECCIÓN: 7-2
rase una vez una pequeña araña que le gustaba mucho tejer, ella siempre tejía,
era lo único que sabía hacer. Por ser tan pequeña no podía ir a cazar, porque era
muy peligroso y siempre antes de dormir decía:
-Cómo desearía ser muy grande aunque sea una vez en mi vida, para salir y cazar
esas grandes y monstruosas polillas, moscas y zancudos, convirtiéndome en la gran
heroína de mi pueblo, pero lástima que eso nunca pasará.
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