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suelen perder el tiempo con rutinas infinitas, no me quejo mucho, hacen mi trabajo
más sencillo, pero es aburrido. Nunca disfrutan de nada, simplemente se dedican a
matarse aprendiendo, para luego continuar matándose en un trabajo que los hace
infelices. Bueno todo depende de la época y por desgracia para muchos ésta es más
loca que haya existido, después de los Hipees, claro está. Tecnología que más que
hacer un bien puede llegar a hacer armas, eso sin contar los montones de drogas
que nadan en las calles, el tráfico de órganos,… en fin, cada día nace un nuevo mal
amenazando mi trabajo.
Permanecí gran tiempo simplemente observando como mi joven amiga humana
vagaba por los pasillos del Liceo, en cierta forma era entretenido ver alguna cara y
preguntarse quién estaría detrás de cada uno de esos mortales. No se nos permite
conocer el paradero de otro de nuestra especie por temor de que nos hagan impuros,
esa clase de sentimientos que les nace a las personas cuando quieren tomar represalias:
venganza, odio, ira, en fin, para mí era mejor de esa forma, sencillamente era cómoda
junto a la soledad, solo cumpliendo con mi trabajo, para el que fui creada: hacer que
esta pobre chica tenga un futuro de verdad.
No muchos de mi clan se toman nuestro trabajo tan enserio y, sí lo admito, para mi
edad sería considerada como un bebé a gatas, pero tengo suficientes vidas acumuladas
como para ser consciente de la mayor parte de las cosas. Algunos de nosotros vivieron
varias veces en el fin y principio del mundo, pero ellos no son tan importantes en este
momento.
En el panel observe algo que esta fuera de lo normal, algo que tenía mis sentidos
completamente alerta, yo solo no era su conciencia también era su protectora, así que
sabía cuándo algo afecta la seguridad de mi humano a cargo. Un joven completamente
vestido de negro se acercaba, a pesar de que no daba indicios de ser ninguna clase de
emo, punk, o nada de eso, sino todo lo contrario; aunque no estaba allí físicamente
sentía el poder que emanaba de sí, pero aun así sabía que no era nada a cualquiera
que hubiese conocido; sin importar que no se nos permitía saber quién estaba en
donde, todos nos conocíamos, sabíamos quiénes eran los problemáticos y quiénes no.
Su apariencia física “humana” parecía como si fuese un joven de último año o tal vez
un poco mayor, pero aun así había algo en él que denotaba que seguía siendo un
chico cualquiera. Tomando el control ingresé los códigos que me permitirían acceder
a sus sentidos, no podía tomar decisiones radicales por ella pero si podía persuadirla
a tomar la decisión correcta, así funcionaba.
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