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Ya eran como las dos de la tarde desde que nos habíamos ido de la escuela y por fin<br />

llegamos a mi casa.<br />

Frente a la puerta pedí que pasaran y luego de abrirla les dije que mis padres n o<br />

estaban, solo mi abuela estaba en casa.<br />

- …¿Marco? Preguntó una voz aguda y vieja - ¿Por qué escucho más de dos pies en<br />

la sal?<br />

- ¡Son dos amigas nada más! – Le aclaré – si quieres puedes conocerlas – agregué<br />

sentándome junto a ellas en un sillón.<br />

Pronto escuché a mi abuela bajar por las escaleras y cuando se acercó a saludar a las<br />

mellizas, se quitó las gafas y boquiabierta las observó y dijo:<br />

- ¡Son idénticas! – gritó con sorpresa. Son hermosas y creo que tú Marco disfrutas<br />

porque puedes ver la belleza multiplicada.<br />

¡Dios! Me sonrojé hasta tener mi cara como un tomate e ignorando aquel comentario<br />

pedí que me acompañaran a comer algo.<br />

Mi abuela sin decir más se despidió y creo que volvió a su habitación, mientras yo<br />

buscaba en la cocina qué ofrecerles y por encima de mi hombro observé un gran<br />

platón con muchas frutas. Bajé el platón de la alacena y al voltearme con el platón<br />

en mis manos, las vi sentadas juntas en los bancos del desayunador y se las ofrecí.<br />

- Tomen lo que quieran – les pedí sonriendo de oreja a oreja.<br />

Francini tomó una manzana y Francela también pero, la devolvió al platón y me<br />

pregunté ¿qué pasaba?<br />

- No me creas malagradecida Marco – me dijo mirándome – De hecho la manzana<br />

al igual que a Francini es mi fruta favorita, es simplemente que no deseo comerla en<br />

este momento. Me aclaró sonriendo y al mismo tiempo tomando una pera.<br />

Ahora comprendía. Ya no sentía una sensación de desprecio por parte de ella entonces,<br />

la disculpé y volviendo a mí la alegría las lleve a mi patio y les ofrecí un balón de<br />

basquetbol, sin embargo, solo –Francini lo tomó.<br />

- No me gusta el basquetbol- aclaró Francela. Prefiero jugar futbol – no dijo pateando<br />

el balón que estaba a su lado.<br />

El resto de la tarde fue igual. Ponía música y ambas se peleaban por una estación<br />

diferente, coloreábamos y querían los mismos colores, sin embargo, no para pintar<br />

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