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algunas ratas.
Así Catalina emprendió su nueva misión: Salvar su colegio. Ella junto a sus nuevos
pequeños amigos comenzaron a recorrer aquel cafetal, hasta que encontraron unos
granos dorados, Catalina con delicadeza recogió unos cuantos y siguieron su viaje
hasta la rata más grande de todas.
-Estoy cansada- exclamó Tai.
-Ya falta poco Tai, lo sabes. Mira ahí es- Dijo Pim señalando una especie de hueco
gigante en la pared –Debes entrar tu Catalina solo así podrás vencerla.
-De acuerdo, entraré-
En ese momento Catalina encontró una gran rata cuya altura era la mitad de la suya,
ella nunca había visto algo tan grande y feo en su vida. La rata al verla chilló un poco
y luego intentó morderla, pero Catalina fue más inteligente, en el momento en el
que la rata abrió la boca ella depositó el grano en ella y lentamente la rata empezó
a convertirse en piedra. Luego paso algo increíble todas las ratas que estaban ahí
comenzaron a convertirse en piedras al mismo tiempo. Luego de esto ella volvía con
sus pequeños amigos.
-Lo lograste Catalina–Dijeron todos abalanzándose contra ella –Ahora el colegio está
a salvo y las ratas no nos volverán a molestar.
-Gracias chicos, no lo habría logrado sin ustedes, pero ahora debo volver al colegio o
sino se darán cuenta de que no estoy.
-Es una tristeza que debas irte, pero te ayudaremos a salir –Luego de eso la guiaron
a la puerta que en realidad no estaba cerrada como ella creía.
-Hasta luego mis dumys los extrañaré.
-Y nosotros a ti Catalina.
Así termino la emocionante aventura de Catalina, ella siempre recordara a sus amiguitos
y ellos siempre la recordaran a ella y quién sabe tal vez algún día ella escriba acerca
de ellos.
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