1VAKyeNMX

En una visita por el centro de artesanías, vio una pintura que la dejó helada. En la
pintura se contemplaba una mujer joven vestida con un traje rojo, sentada en un
trono. Daba la apariencia de ser una reina. Pero lo extraño de esa pintura era la cara.
Completamente semejante a la de Beverly. El vendedor, al verla, decidió obsequiársela.
“Un regalo, porque parece haber sido pintada para usted” - había dicho el hombre.
Beverly la colocó en la sala de estar de su apartamento. Al despertar al día siguiente,
Beverly notó, para su horror, que la pintura cambió. Ahora la “Dama Carmesí”, como
la llamaba Beverly, estaba embarazada. O daba la apariencia. Y conforme el vientre
de Beverly crecía, el de la Dama también. Diez días antes de que Beverly entrara en
labor de parto, la mujer en la pintura habló. Beverly creyó que había respirado mucho
cloro de la lavandería, pero luego descubrió que en realidad la mujer estaba viva. O
lo parecía. Se presentó como La Reina Carmesí, gobernante de El Mundo Pintura.
Esta experiencia se presentó tan inverosímil, que Beverly dudó de su propia cordura.
La Reina le explicó a Beverly que Tom la había localizado, y que planeaba “hacerla
pagar”.
Diez días después de conocer a La Reina Carmesí, Beverly estaba escondida en su
habitación, esperando a que Tom entrara y la asesinara. La puerta principal se abrió
de un golpe, y ahí apareció Tom, con un hacha en mano. Beverly oía que alguien
pronunciaba su nombre. Al principio creyó que era Tom, intentando engañarla para
que revelase su escondite; pero era La Reina Carmesí. La mujer le propuso que entrara
en el cuadro, y Beverly inmediatamente lo hizo. Aterrizó en un laberinto vegetal. Ahí
se encontraba la reina, en su trono. Fuera del cuadro, Tom observaba a Beverly, más
decidido que nunca a asesinarla. Él saltó dentro del cuadro, e inmediatamente empezó
a lanzar hachazos a diestra y siniestra. Beverly entró en labor de parto, en el momento
en que Tom le cortó la cabeza. Pero su cuerpo… respiraba. Era increíble pero Beverly
estaba poniendo en acción el “Método de Respiración”. En su hoyo –donde antes se
encontraba el cuello- ingresaba el aire a los pulmones, y manteniendo su cuerpo vivo.
Tom alzó el hacha, dispuesto a terminar definitivamente lo que algún día empezó. La
Reina Carmesí empezó a cambiar. De los costados de su cuerpo salían unas horribles
garras. Su cara se transformó en dos gigantes tenazas. La Reina sujetó a Tom por los
pies, y lo engulló en un solo bocado. Volvió a su forma humana y realizó el parto de
Beverly. Nació un niño a quien llamó Benjamín, y, el cual permaneció viviendo con La
Reina Carmesí, en la pintura.
267