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llegar a su casa saludo a su madre e inmediatamente subió a su habitación, esa noche
pensó que tal vez Esteban tuviera razón y prometió que pondría todos los consejos
de su amigo en práctica.
A la mañana siguiente Ana se levantó ansiosa de ir al colegio. Al llegar a su salón con
una sonrisa saludó a su grupo y a su profesor.
Pasaron algunos días y el cambio de Ana era evidente, ya los insultos y burlas de sus
compañeros no le afectaban en absoluto, ella solo ignoraba los comentarios y seguía
con una sonrisa en el rostro. Poco a poco los demás compañeros de Ana y el resto de
jóvenes de la institución fueron aceptando a Ana tal y como era, mirando las grandes
virtudes e ignorando sus defectos.
Los años pasaron rápido después del cambio de Ana y en un abrir y cerrar de ojos ya
era tiempo de graduarse. Ana, Carlos, Karolina y Esteban se habían vuelto los mejores
amigos, sin embargo había cierta nostalgia en el corazón de los cuatro buenos amigos,
ya que Esteban volvía a su país natal ese año después de su graduación.
Ya era tiempo de graduarse, los cuatro amigos aunque estaban un poco tristes, tenían
el corazón lleno de alegría al ver que con el tiempo habían logrado alcanzar una de
sus grandes metas. Al terminar esta ceremonia, Ana y sus amigos se reunieron con
Esteban para despedirse; cada uno le expresó su alegría de haberle conocido y sus
gracias por lo que había hecho estando con ellos.
Ana no pudo soportar su nostalgia y con lágrimas en los ojos le dio un fuerte abrazo,
dándole infinitas gracias por lograr devolverle el sentido a su vida. Los padres de
Esteban estaban listos para ir directo al aeropuerto y volver a su hogar.
Ana, y sus dos buenos amigos vieron partir al amigo que tanto les había enseñado, y
en el cual habían encontrado el valor de una hermosa rosa en un pozo lleno de lodo.
Ellos esperaban algún día reencontrarse con su buen amigo Esteban y poder hablar
de una amistad muy valiosa e inolvidable que vivieron en su juventud cuando estaban
en el colegio.
Pasaron varios años y Ana consiguió su sueño de convertirse en una gran científica.
Carlos y Karolina también lograron convertirse en grandes profesionales, sus familias
estaban muy orgullosas.
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