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El cuaderno de Lucia<br />

CENTRO EDUCATIVO: Liceo San Nicolas de Tolentino<br />

DIRECCIÓN REGIONAL: Cartago<br />

BIBLIOTECÓLOGO: Mauricio Ortega Sánchez<br />

DOCENTE: Nelly Brenes Trejos<br />

AUTOR: Mariam Rojas Meneses<br />

SECCIÓN: 10-C<br />

n día cualquiera al comienzo de un nuevo año, una joven humilde, de 13 años,<br />

llamada Lucía, ansiosa y preocupada porque ya era próximo el inicio del curso<br />

lectivo. Ella sorprendida por estar en 8vo año, se propuso buscar honestamente,<br />

dinero para la compra de sus útiles, porque Javier, su padre, no da abasto con los<br />

gastos del hogar, y su madre, Marielos a pesar de que trabaja, usa su dinero para<br />

estar a la “moda”. Ella triste porque faltaba un mes y tres días para entrar a clases<br />

y hasta ese momento no tenía nada, solo las ganas y el deseo de estudiar. Pensó en<br />

su soledad – ¿Por qué se hace tan difícil estudiar, con las ganas que tengo?, el padre<br />

a su lado la mira, y la alienta a esforzarse. Tantas eran las ganas que buscó quien<br />

necesitara de pequeños favores a cambio de una propina, pensó: que unos cuantos<br />

colones podrían ayudarle.<br />

Su vecina Carmen, anciana, reconocida por ayudar a quien lo necesite, observa a<br />

Lucía y conociendo sus deseos, le preguntó:- si le quería ayudar a traer las compras<br />

del mercado. La joven viendo la bondad de su vecina recurrió a colaborarle. Más que<br />

un trabajo, Lucía disfruto esa tarde con Carmencita; quién le compro un helado, unos<br />

cuantos cuadernos y un maletín. Al llegar a casa, el sol se estaba ocultando y la tarde<br />

llegaba. Ella cansada pero feliz, recurrió a despedirse de su vecina y dijo:<br />

–Hasta mañana Carmencita, no tengo palabras para agradecerte todo. Y Carmencita<br />

tras una breve pausa le dijo:<br />

-Mi niña no tienes que agradecer.<br />

Dándole una buena propina a Lucia, la mirada de la niña reflejó agradecimiento,<br />

reaccionando la anciana con nostalgia al ver el rostro de la niña. Más tarde, Lucía<br />

observó a su padre en un rincón de la casa, donde estaba llorando, y le dijo:<br />

-¿Padre qué haces allí, su padre al voltearse le contestó:<br />

-Pienso en lo orgulloso que me siento de ti, al ver el esfuerzo y tus ganas de estudiar,<br />

he decidido compartir contigo y apoyarte en tus sueños, para así juntos convertirlos<br />

en una realidad.<br />

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