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desapareció en las orillas del majestuoso Río Tempisque.
Yo continúe al encuentro con mis amigos, aún asombrado comente lo sucedido a
ellos, que incrédulos me observaban mientras narraba lo sucedido, ninguno de ellos,
que eran vecinos de los alrededores habían oído mencionar tal nombre o conocían al
misterioso hombre que había conversado conmigo.
Pasamos juntos casi todo el día ¡¡¡Oh qué rápido pasa el tiempo!!! Exclamó Alfonso
ya son las 4:30 de la tarde, nos tenemos que ir, dijeron Pedro y Pablo, luego nos
despedimos y cada uno de ellos se fue a sus casas.
Llegando a mi casa me destiné a bañarme y a cambiarme, en seguida me acosté a
reposar en mi cama, reflexionando en lo bien que la pasé con mis amigos, llame a
mi abuelita Lili y le comenté que un hombre misterioso había estado conversando
conmigo, pero que ninguno de mis amigos lo conocía… su nombre, era Francisco
conocido como chico... mi abuelita se sorprendió cuando escuchó el nombre, y me
dijo con voz llorosa; ¡no puede ser! Era tu padrino que hace muchos años mientras
trabajaba en la vega del río sacando arena en una madrugada muy fría y con mucha
ventisca cayó al río y solo vieron como desaparecía, nunca fue encontrado su cuerpo.
Muchos dicen que se lo comió un lagarto de los que habitan allí, otros dicen que el
río se lo tragó en venganza de que robaba sus arenas, la cosa es que nunca nadie lo
encontró, hasta ahora que tú has conversado con él y confirma que el sigue vagando
por el río que tanto amo; y le dio trabajo para mantener a su humilde familia. Quien
al perder el ser amado se fue del lugar. Tristemente escuchaba hablar a mi abuelita
y recordaba el rostro de aquel humilde hombre que a pesar de todo me miraba con
satisfacción y a la vez con mucho cariño y ternura; pero al escuchar aquella narración
no dejó de darme escalofríos y mucho espanto al saber lo que aquella madrugada le
había ocurrido a mi padrino, y que había sido a mí que se le apareciera aquella alma
en pena...
Todas las personas del lugar me dicen que mi padrino quería darme una bendición;
otros dicen que él quería que lo conociera y los más supersticiosos dicen que me
protegía de la maldición de la vega del Río Tempisque; pero nunca sabremos lo que
realmente deseaba mi padrino chico y eso lo averiguáremos en otra historia…
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