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malo. Ana, Victoria y Eugenia los andaban buscando. Cuando llegaron por audiovisuales
Ángela le explica cómo se reza. Cuando termina de explicarle Pablo viene y le dice:
“Gracias por enseñarme, amiga, te quiero mucho” y le da un fuerte abrazo y Ángela le
responde: “con mucho gusto amigo, yo también te quiero mucho.” Cuando se terminaron
de abrazar hubo un momento incomodo y se volvieron a ver a los ojos… En eso llega la
directora, la Hna. Rosa y les pregunta: “¿Muchachos ustedes que están haciendo aquí?
Pablo le responde: “Perdón Hermana no estamos haciendo nada malo, Ángela me estaba
enseñando a rezar.” La hermana le dice: (en eso toca la campana) Vayan a clases, sino
les van a poner tardía.
Cuando llegaron se dieron cuenta que Victoria y Eugenia estaban maltratando a la pobre
Ana. Le habían quitado los anteojos y ella no podía estar mucho tiempo sin ellos, porque
si no le ardía la vista y empezaba a llorar. Ángela le decía a Victoria: “Deja a la pobre Ana,
no ves que a ella, le hace mal estar sin los anteojos”, Eugenia le responde: “Déjalas, no
seas metida en algo que no te corresponde.” Pablo le responde a Eugenia para tratar de
defender a Ángela: “Deja a Ángela, Eugenia, ella solo quiere ayudar a la pobre Ana.”
La cosa es que la pobre Ana se puso a llorar y Eugenia y Victoria le devolvieron los
anteojos. Pablo se aparta de ahí, Ángela se va a otra parte del aula con Ana, a preguntarle
porque ellas le habían hecho eso, Ana le empieza a contar: “Es que ahora que estábamos
en español, por curiosidad le pregunte a Victoria si “baseball” era “béisbol” en español
y Eugenia (como estaba a la par de Victoria en ese momento) me dijo que eso era de
estúpidos y empezaron a tratarme mal y ahora que entramos al aula a Victoria le dio por
“dibujarme” y me dibujo toda fea, entonces yo para desquitarme la dibujé con la gran
nariz que tiene. Empezamos a reírnos las tres por un momento pero Victoria como que
se enojó y me pegó, entonces se me cayeron los anteojos y ella me los agarró y dijo:
jajá tengo tus anteojos y Eugenia se empezó a reír y yo les dije que no me importaba
entonces Victoria los escondió y no me los quería dar. Entonces llegó la profesora de
Artes y para no meterse en problemas Victoria me entregó los anteojos.
Bueno la cosa es que no me gustó como me trataron. Ángela le dice: ¿Por qué no le
dices a Mariana, la psicóloga? Ana le responde: No, me da vergüenza. Ángela le sigue
insistiendo a Ana hasta que se rinde. Ángela se dice a si misma: pobre Ana, saber que
sufre de bullying, ni modo. En eso suena la campana, ya salieron. En eso se acerca Pablo
hacia Ángela y le dice: “Hasta luego, amiga” y le da un abrazo. Ángela en ese momento
sintió una sensación tan linda que en su vida pudo haber sentido, era una sensación
tan cálida y llena de mucho amor y confusiones. Pablo le da un beso en la mejilla y sale
corriendo, porque ya lo iba a dejar el bus. Ángela pasó todo el día pensando en ese
abrazo, se sentía tan pero tan emocionada pero a la vez tan confundida, no sabía qué
hacer.
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