ANALECTAS-Confucio
Las Analectas constituyen el único texto en el que puede encontrarse al Confucio real y vivo. En este sentido, las Analectas son a Confucio lo que los Evangelios son a Jesús. El texto, que consiste en una serie discontinua de afirmaciones breves, diálogos y anécdotas cortas, fue recopilado por dos generaciones sucesivas de discípulos (discípulos y discípulos de éstos), a lo largo de unos 75 años tras la muerte de Confucio, lo cual significa que la recopilación fue probablemente completada un poco antes, o alrededor, del año 400 a. de C. El texto es como un edredón multicolor hecho de piezas: son fragmentos que han sido cosidos juntos por diferentes manos, con una habilidad desigual, por lo que a veces existen algunas repeticiones, interpolaciones y contradicciones; hay algunos enigmas e innumerables grietas; pero en conjunto, se dan muy pocos anacronismos estilísticos: el lenguaje y la sintaxis de la mayoría de los fragmentos son coherentes y pertenecen al mismo periodo.
Las Analectas constituyen el único texto en el que puede encontrarse al Confucio real y
vivo. En este sentido, las Analectas son a Confucio lo que los Evangelios son a Jesús. El
texto, que consiste en una serie discontinua de afirmaciones breves, diálogos y anécdotas
cortas, fue recopilado por dos generaciones sucesivas de discípulos (discípulos y discípulos
de éstos), a lo largo de unos 75 años tras la muerte de Confucio, lo cual significa que la
recopilación fue probablemente completada un poco antes, o alrededor, del año 400 a. de C.
El texto es como un edredón multicolor hecho de piezas: son fragmentos que han sido
cosidos juntos por diferentes manos, con una habilidad desigual, por lo que a veces existen
algunas repeticiones, interpolaciones y contradicciones; hay algunos enigmas e
innumerables grietas; pero en conjunto, se dan muy pocos anacronismos estilísticos: el
lenguaje y la sintaxis de la mayoría de los fragmentos son coherentes y pertenecen al mismo
periodo.
- TAGS
- analectas
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
NOTAS AL CAPÍTULO 15<br />
15.1. Práctica militar: los asuntos militares no eran objeto de atención de un caballero<br />
confuciano. De esta actitud que ha pasado a la mentalidad popular da testimonio el conocido<br />
proverbio: «No se convierte el buen hierro en clavos ni a los buenos hombres en soldados.»<br />
15.3. Con un solo hilo: véase el pasaje 4.15.<br />
Gobernar por medio de la nueva acción: podría también traducirse «por medio de la no<br />
interferencia». Este antiguo ideal político iba a ser desarrollado de una forma más sistemática<br />
por algunos filósofos taoístas.<br />
La «no acción» no debe tomarse como una forma de apatía; por el contrario, representa<br />
un tipo superior de acción: la más eficaz es la que utiliza menos energía, y cuando no se<br />
gasta ninguna energía en absoluto, la eficiencia es absoluta.<br />
Sin embargo, en la política confuciana, la dinámica de la «no acción» pertenece a la<br />
ética: el soberano gobierna exclusivamente dando ejemplo y su virtud irradia a todo el<br />
pueblo.<br />
Mirando hacia el sur: posición del soberano. Los palacios imperiales de las últimas<br />
épocas seguían exactamente esta tradición y siempre se construían en un eje norte sur. (La<br />
Ciudad Prohibida de Pekín sigue siendo hoy día un ejemplo soberbio de esta concepción<br />
cósmica: el trono imperial es el eje del universo).<br />
15.7. Shi Yu: alto funcionario de Wei.<br />
Qu Boyu: véase la nota 14.25.<br />
La lengua china no tiene tiempos verbales, por lo que no está claro si el comentario de<br />
<strong>Confucio</strong> debe expresarse en presente o en pasado, ya que ambos hombres eran<br />
contemporáneos.<br />
15.9. Habrá ocasiones en que dará su vida para realizar su humanidad: esta<br />
importantísima declaración ha sido invocada a menudo a lo largo de todos los tiempos,<br />
principalmente en relación con la obligación moral de disentir políticamente. Para un caballero<br />
confuciano, el deber de obediencia al príncipe era relativo, mientras que la obligación de<br />
fidelidad a su propia humanidad era absoluta. Xun Zi (c. 298-235 a. de C.), que fue el tercer<br />
gran pensador confuciano después de <strong>Confucio</strong> y de Mencio, y el último maestro de la<br />
escuela confuciana del periodo preimperial, lo resumiría posteriormente con su lacónica<br />
elocuencia: «Un ministro sigue la Vía, no sigue al soberano.»<br />
15.11. El calendario de Xia: según los comentaristas tradicionales, este calendario, que<br />
era el más antiguo, seguía más de cerca las estaciones del año y, por ello, era más útil para