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ANALECTAS-Confucio

Las Analectas constituyen el único texto en el que puede encontrarse al Confucio real y vivo. En este sentido, las Analectas son a Confucio lo que los Evangelios son a Jesús. El texto, que consiste en una serie discontinua de afirmaciones breves, diálogos y anécdotas cortas, fue recopilado por dos generaciones sucesivas de discípulos (discípulos y discípulos de éstos), a lo largo de unos 75 años tras la muerte de Confucio, lo cual significa que la recopilación fue probablemente completada un poco antes, o alrededor, del año 400 a. de C. El texto es como un edredón multicolor hecho de piezas: son fragmentos que han sido cosidos juntos por diferentes manos, con una habilidad desigual, por lo que a veces existen algunas repeticiones, interpolaciones y contradicciones; hay algunos enigmas e innumerables grietas; pero en conjunto, se dan muy pocos anacronismos estilísticos: el lenguaje y la sintaxis de la mayoría de los fragmentos son coherentes y pertenecen al mismo periodo.

Las Analectas constituyen el único texto en el que puede encontrarse al Confucio real y
vivo. En este sentido, las Analectas son a Confucio lo que los Evangelios son a Jesús. El
texto, que consiste en una serie discontinua de afirmaciones breves, diálogos y anécdotas
cortas, fue recopilado por dos generaciones sucesivas de discípulos (discípulos y discípulos
de éstos), a lo largo de unos 75 años tras la muerte de Confucio, lo cual significa que la
recopilación fue probablemente completada un poco antes, o alrededor, del año 400 a. de C.
El texto es como un edredón multicolor hecho de piezas: son fragmentos que han sido
cosidos juntos por diferentes manos, con una habilidad desigual, por lo que a veces existen
algunas repeticiones, interpolaciones y contradicciones; hay algunos enigmas e
innumerables grietas; pero en conjunto, se dan muy pocos anacronismos estilísticos: el
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Capítulo 11<br />

11.1. El Maestro dijo: «Antes de ocupar un cargo, los plebeyos deben profundizar primero<br />

en el conocimiento de los ritos y de la música, mientras que los nobles pueden dejarlos para<br />

después. Si yo tuviera que nombrar funcionarios, elegiría entre los primeros.»<br />

11.2. El Maestro dijo: «De todos los que me acompañaron en mis tribulaciones en Chen y<br />

Cai, ninguno está ya conmigo.»<br />

11.3. La virtud: Yan Hui, Min Ziqian, Ran Boniu, Ran Yong. Elocuencia: Zai Yu, Zigong.<br />

Gobierno: Ran Qiu, Zilu. Cultura: Ziyou, Zixia.<br />

11.4. El Maestro dijo: «Yan Hui no me sirve: todo lo que digo le agrada.»<br />

11.5. El Maestro dijo: «¡Qué buen hijo es Min Ziqian! Nadie contradice nunca a sus<br />

padres ni a sus hermanos cuando éstos lo alaban.»<br />

11.6. Nangong Kuo era aficionado a repetir:<br />

Puede quitarse una mancha de un cetro de jade blanco,<br />

pero es irreparable una mancha en las palabras.<br />

<strong>Confucio</strong> le otorgó en matrimonio a la hija de su hermano mayor.<br />

11.7. El señor Ji Kang preguntó: «¿A cuál de tus discípulos le gusta aprender?» <strong>Confucio</strong><br />

respondió: «Estaba Yan Hui, al que le gustaba aprender. Desgraciadamente, su vida fue<br />

corta: ahora está muerto y ya no hay nadie.»<br />

11.8. Cuando Yan Hui murió, su padre, Yan Lu, preguntó si podía vender el carruaje del<br />

Maestro para procurarse un mausoleo. El Maestro dijo: «Con talento o no, un hijo es un hijo.<br />

Cuando murió Li, mi propio hijo, fue enterrado sólo con un ataúd y sin mausoleo. Yo no<br />

empecé a ir a pie para procurarme un mausoleo. Puesto que mi rango está inmediatamente<br />

después de los funcionarios superiores, no es adecuado que vaya a pie.»<br />

11.9. Cuando Yan Hui murió, el Maestro dijo: «¡Ay de mí! ¡El Cielo me está destruyendo,<br />

el Cielo me está destruyendo!»<br />

11.10. Cuando Yan Hui murió, el Maestro Lloró desconsoladamente. Sus seguidores<br />

dijeron: «Maestro, un duelo así no es adecuado.» El Maestro replicó: «Para hacer el duelo de<br />

un hombre así, ¡qué clase de dolor seria adecuado?»

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