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ANALECTAS-Confucio

Las Analectas constituyen el único texto en el que puede encontrarse al Confucio real y vivo. En este sentido, las Analectas son a Confucio lo que los Evangelios son a Jesús. El texto, que consiste en una serie discontinua de afirmaciones breves, diálogos y anécdotas cortas, fue recopilado por dos generaciones sucesivas de discípulos (discípulos y discípulos de éstos), a lo largo de unos 75 años tras la muerte de Confucio, lo cual significa que la recopilación fue probablemente completada un poco antes, o alrededor, del año 400 a. de C. El texto es como un edredón multicolor hecho de piezas: son fragmentos que han sido cosidos juntos por diferentes manos, con una habilidad desigual, por lo que a veces existen algunas repeticiones, interpolaciones y contradicciones; hay algunos enigmas e innumerables grietas; pero en conjunto, se dan muy pocos anacronismos estilísticos: el lenguaje y la sintaxis de la mayoría de los fragmentos son coherentes y pertenecen al mismo periodo.

Las Analectas constituyen el único texto en el que puede encontrarse al Confucio real y
vivo. En este sentido, las Analectas son a Confucio lo que los Evangelios son a Jesús. El
texto, que consiste en una serie discontinua de afirmaciones breves, diálogos y anécdotas
cortas, fue recopilado por dos generaciones sucesivas de discípulos (discípulos y discípulos
de éstos), a lo largo de unos 75 años tras la muerte de Confucio, lo cual significa que la
recopilación fue probablemente completada un poco antes, o alrededor, del año 400 a. de C.
El texto es como un edredón multicolor hecho de piezas: son fragmentos que han sido
cosidos juntos por diferentes manos, con una habilidad desigual, por lo que a veces existen
algunas repeticiones, interpolaciones y contradicciones; hay algunos enigmas e
innumerables grietas; pero en conjunto, se dan muy pocos anacronismos estilísticos: el
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Capítulo 18<br />

18.1. El señor de Wei huyó del tirano; el señor de Ji fue hecho esclavo por éste, y Bi Gan<br />

fue ejecutado por amonestarlo. <strong>Confucio</strong> comentó: «La Dinastía Yin tenía tres modelos de<br />

humanidad.»<br />

18.2. Liuxia Hui era magistrado, y fue depuesto tres veces. Cuando las personas le<br />

preguntaban: «¿Por qué no te vas a algún otro lado?», él respondía: «Si trabajas con<br />

honradez, ¿dónde no encontrarás la misma suerte? Si trabajara en contra de los dictados de<br />

mi conciencia, ¿para qué necesitaría dejar la tierra de mis padres?»<br />

18.3. El duque Jing de Qi había invitado a <strong>Confucio</strong>, diciendo: «No puedo tratarlo lo<br />

mismo que al señor Ji. Le trataré como si su rango estuviera entre el señor Ji y el señor<br />

Meng.» Y a continuación añadió: «Soy demasiado viejo. No puedo emplearlo.» <strong>Confucio</strong> se<br />

marchó [del estado de Qi].<br />

18.4. Los habitantes de Qi enviaron al estado de Lu corno presente un grupo de<br />

muchachas que bailaban y cantaban. El señor Ji Huan las aceptó, y durante tres días no<br />

atendió los asuntos de la corte. Entonces <strong>Confucio</strong> se marchó [del estado de Lu].<br />

18.5. Jieyu, el loco de Chu, pasó por delante de <strong>Confucio</strong> cantando:<br />

¡Fénix, oh Fénix!<br />

El pasado ya no tiene remedio,<br />

pero el futuro todavía no está perdido.<br />

¡Abandona, abandona!<br />

¡Contados están los días de los funcionarios!<br />

<strong>Confucio</strong> detuvo su carruaje, pues quería hablar con él, pero el loco aceleró el paso y<br />

desapareció. <strong>Confucio</strong> no logró hablar con él.<br />

18.6. Changju y Jieni estaban arando juntos. <strong>Confucio</strong>, que pasaba por allí, envió a Zilu a<br />

preguntar dónde estaba el vado. Changju preguntó: «Quién está en el carruaje?» Zilu<br />

respondió: «Es <strong>Confucio</strong>.» —«<strong>Confucio</strong> de Lu?» —«Él mismo.» —«Entonces ya sabe dónde<br />

está el vado.»<br />

Zilu preguntó entonces a Jieni, que preguntó a su vez: «¿Quién eres tú?» —«Soy Zilu.»<br />

—«¿El discípulo de <strong>Confucio</strong>, de Lu?» —«Sí.» —«El universo entero es barrido por la misma<br />

marea; ¿quién puede invertir su curso? En lugar de seguir a un caballero que va de un señor<br />

a otro, ¿no sería mejor seguir a un caballero que haya renunciado al mundo?» Mientras tanto<br />

continuaron atendiendo su campo.<br />

Zilu regresó e informó a <strong>Confucio</strong>. Este pareció perdido en sus pensamientos y suspiró:<br />

«Es imposible asociarse con pájaros y animales salvajes. ¿Con quién seguir en compañía si<br />

no es con los de mi propia especie? Si el mundo siguiera la Vía, no tendría que reformarlo.»

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