ANALECTAS-Confucio
Las Analectas constituyen el único texto en el que puede encontrarse al Confucio real y vivo. En este sentido, las Analectas son a Confucio lo que los Evangelios son a Jesús. El texto, que consiste en una serie discontinua de afirmaciones breves, diálogos y anécdotas cortas, fue recopilado por dos generaciones sucesivas de discípulos (discípulos y discípulos de éstos), a lo largo de unos 75 años tras la muerte de Confucio, lo cual significa que la recopilación fue probablemente completada un poco antes, o alrededor, del año 400 a. de C. El texto es como un edredón multicolor hecho de piezas: son fragmentos que han sido cosidos juntos por diferentes manos, con una habilidad desigual, por lo que a veces existen algunas repeticiones, interpolaciones y contradicciones; hay algunos enigmas e innumerables grietas; pero en conjunto, se dan muy pocos anacronismos estilísticos: el lenguaje y la sintaxis de la mayoría de los fragmentos son coherentes y pertenecen al mismo periodo.
Las Analectas constituyen el único texto en el que puede encontrarse al Confucio real y
vivo. En este sentido, las Analectas son a Confucio lo que los Evangelios son a Jesús. El
texto, que consiste en una serie discontinua de afirmaciones breves, diálogos y anécdotas
cortas, fue recopilado por dos generaciones sucesivas de discípulos (discípulos y discípulos
de éstos), a lo largo de unos 75 años tras la muerte de Confucio, lo cual significa que la
recopilación fue probablemente completada un poco antes, o alrededor, del año 400 a. de C.
El texto es como un edredón multicolor hecho de piezas: son fragmentos que han sido
cosidos juntos por diferentes manos, con una habilidad desigual, por lo que a veces existen
algunas repeticiones, interpolaciones y contradicciones; hay algunos enigmas e
innumerables grietas; pero en conjunto, se dan muy pocos anacronismos estilísticos: el
lenguaje y la sintaxis de la mayoría de los fragmentos son coherentes y pertenecen al mismo
periodo.
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- analectas
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Aunque otros pasajes de las Analectas (véase por ejemplo el 7.7) y la práctica histórica<br />
de la escuela confuciana confirman la impresionante realidad de este compromiso con la<br />
educación universal, la afirmación que estamos considerando aquí puede haber tenido<br />
originalmente un significado diferente, que algunos traductores occidentales modernos han<br />
preferido a la interpretación tradicional china. Esta lectura contemporánea y extranjera<br />
(«entre las personas, existen diferencias de educación, pero ninguna diferencia de<br />
naturaleza») puede encontrar algún apoyo gramatical; sin embargo, carece de peso histórico,<br />
puesto que no fue en este último sentido corno esta máxima influyó y dejó su huella sobre la<br />
mente china durante los últimos 2.000 años.<br />
15.41. Zas palabras sirven simplemente para comunicar: Emerson decía: «Todo lenguaje<br />
es transitivo y sirve de vehículo; es bueno como lo son los transbordadores y los caballos<br />
para el transporte, y no como granjas y casas para morar en ellas.» El estaba familiarizado<br />
con las Analectas, que había leído, primero, en la versión inglesa de Joshua Marshman<br />
(editada por las comunicaciones de los misioneros de Serampore en 1809) y, después, en la<br />
traducción de David Collie de los Cuatro Libros (Malaca, 1828). El transmitió su interés en el<br />
pensamiento confuciano a Thoreau, que, en Walden, citaba repetidamente a <strong>Confucio</strong> y a<br />
Mencio. (Sobre las lecturas confucianas de Emerson, véase R. D. Richardson, Emerson: The<br />
Mind on Fire, Berkeley: University of California, 1995, pp. 219, 349 y 392).<br />
15.42. El maestro de música ciego: he añadido la palabra ciego, que no está en el texto<br />
original, para permitir al lector captar la situación evocada en este pasaje. Tradicionalmente,<br />
los maestros de música eran ciegos.