Acta Ordinis Fratrum Minorum - OFM

EX ACTIS MINISTRI GENERALIS 215munitaria según las exigencias radicales de la“sequela Christi”.3. Cruzando fronterasSomos misioneros y evangelizadores porvocación y misión. La misión es la proyecciónnormal de nuestra vida de oración y devoción,de nuestra fraternidad y minoridad. Una misión“inter gentes” y “ad gentes”. Inter gentes:en contacto con el pueblo, con la gente,encarnándonos real y afectivamente en la realidadsocio-cultural del pueblo (PdE 13), conprofunda conciencia social (cf. PdE 29) y enmisión compartida con los laicos (PdE 25).Ad gentes: cruzando fronteras geográficas yantropológicas (cf. PdE 18ss). Para todo ellonecesitamos descentrarnos, ser menos autoreferenciales(cf. PdE 14).Tengo la impresión que el inmovilismo yla instalación, así como el provincialismo cerradoestán paralizando el dinamismo evangelizadory misionero de nuestra Orden. ¿Cómopodremos dar cumplimiento a los Mandatoscapitulares, nn. 19-27 que hacen referencia alos ámbitos de evangelización, a las nuevasformas de evangelización y a los proyectosmisioneros que hemos aprobado en el Capítulode Pentecostés 2009 si seguimos aferradosa lo de siempre y a lo “nuestro”? ¿Qué hubierasido de nuestra Orden nacida 800 años en Asíssin el espíritu misionero que la animó desdesus inicios y cuándo eran todavía muy pocos?¿Qué será de nuestra Orden si la instalación, elbienestar, las mil y una ocupaciones ordinariasnos impiden ser misioneros? Dejo a vosotrosy a las distintas Entidades una respuesta discernida.Para mí la respuesta sería entrar enun camino sin salida, sin futuro y, consecuentemente,de agonía, larga tal vez, pero siempreagonía. Otra convicción y otra urgencia:crecer en sentido de pertenencia a la Orden, irmás allá de las fronteras de nuestras Entidadesy Conferencias. No nos queda otra salidasi no es la que pasa por la real colaboración,la interdependencia y el sentido de formar unafraternidad universal (cf. PdE 31). ¿Estamosdispuestos a ello? ¿Qué pasos debemos dar ya?4. Como Hermanos y MenoresLa renovación profunda y la revitalizacióndel carisma para nosotros Hermanos Menorespasan necesariamente por la calidad evangélicade vida, lo que supone, entre otros aspectos,la renovación y revitalización de nuestra vidaen fraternidad y minoridad.En cuanto a la fraternidad ya no basta unavida de común observancia. Se hace necesariauna vida recreada por la comunión, la intercomunicacióny la calidez y verdad en lasrelaciones de los hermanos entre sí (cf. PdE27). Si queremos crecer en la comunión hemosde crecer igualmente en la intercomunicaciónde nuestra vida de fe y de nuestra historiavocacional, como nos pidió el Capítulogeneral extraordinario del 2006 (cf. Shc 48ss).Es decir: se trata de crecer en la comunicaciónprofunda, pues sólo desde ahí habrá calidez yverdad en nuestras relaciones. Pienso que sehace necesario cuidar mucho más los detalleshumanos, expresión de la vivencia de valoresque por humanos que sean, no dejan de serprofundamente evangélicos: la educación, lacortesía, la sinceridad, la alegría, el sentido delhumor y de la fiesta, entre otros muchos.El crecimiento en calidad evangélica devida tiene mucho que ver con la dimensiónhumana de nuestra vida, pero también con lacalidad de nuestra dimensión contemplativay apostólica. Sin una vida enraizada en Diosque haga de nuestras fraternidades escuelas deoración (cf. mandato capitular n. 9), animadaspor la lectura orante de la Palabra (cf. Mandatocapitular n. 12), será imposible dar calidadevangélica a nuestra vida. Como también sinuna misión adecuada será imposible una calidadde nuestra vida en fraternidad. Me parecesignificativo que los últimos dos Capítulosgenerales (2006 y 2009), nos pidan cultivaruna “exquisita y delicada atención a la vidafraterna por nuestra parte” (cf. PdE 27; Shc31), o nos recuerden la necesidad de un acompañamientomaterno de la misma.Todo ello tiene mucho que ver con la preparaciónde los guardianes y al proyecto de vidafraterno, a los que se refieren dos mandatos capitulares:el 8 y el 7, respectivamente, así comola formación permanente de la que también hablael mandato capitular n. 11. Las Conferenciaspodrían tener aquí un campo propicio deanimación de nuestra vida y misión.5. Con el corazón vuelto hacia el Señor y endiálogo con el mundoNuestra vida y misión han dar a Dios lacentralidad que le pertenece. “Al principio detodo está el Señor, origen de todo bien” (PdE5). Por otra parte, Dios es presentado como“principio integrador de nuestras vidas y fraternidades”(PdE 12). Todo ello nos habla dela prioridad de Dios en nuestra vida, y de la