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Nuestra palabra tiene crédito - Ministerio de Desarrollo Social

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compartimentos estancos, tenían vasos comunicantes,<br />

y por lo tanto la informalidad <strong>de</strong>bía<br />

enten<strong>de</strong>rse en el marco <strong>de</strong> cambios en el modo<br />

<strong>de</strong> producción capitalista orientados a revertir<br />

la caída en la tasa <strong>de</strong> ganancia. Así entendida,<br />

la misma manifestaba procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconcentración<br />

y <strong>de</strong>scentralizan <strong>de</strong> la producción,<br />

tercerización y subcontratación <strong>de</strong> etapas <strong>de</strong>l<br />

proceso productivo que en parte se reubicaban<br />

en el sector informal 50 . La <strong>de</strong>svinculación entre<br />

el capital y la seguridad social <strong>de</strong>l trabajador<br />

era un indicador <strong>de</strong> este proceso, por lo que los<br />

empleos precarios pasaban a ser consi<strong>de</strong>rados<br />

parte <strong>de</strong> la informalidad, in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> empresa en el que se encontrara.<br />

Des<strong>de</strong> la otra vereda el liberalismo reinterpretó<br />

dichos fenómenos consi<strong>de</strong>rando como<br />

principal <strong>de</strong>terminante <strong>de</strong> la informalidad, el<br />

exceso <strong>de</strong> regulaciones <strong>de</strong>l Estado (Hernando<br />

De Soto, 1987). Se entien<strong>de</strong> que la misma se<br />

origina en el choque entre un impulso “<strong>de</strong><br />

abajo hacia arriba” originado en cierto entusiasmo<br />

empren<strong>de</strong>dor, que se enfrenta a las<br />

regulaciones y restricciones <strong>de</strong>l Estado que<br />

impi<strong>de</strong>n su <strong>de</strong>sarrollo. Luego <strong>de</strong> este diagnóstico,<br />

la propuesta liberal va en la línea <strong>de</strong><br />

una reducción <strong>de</strong> los requisitos y regulaciones<br />

estatales, y más recientemente, hacia el reconocimiento<br />

<strong>de</strong> los activos con que cuentan los<br />

pobres para favorecer su acceso al <strong>crédito</strong> 51 .<br />

50 En la misma línea se ubican los trabajos <strong>de</strong> Piore y Sabel<br />

<strong>de</strong> 1984, quienes dan cuenta <strong>de</strong> la informatización <strong>de</strong><br />

las activida<strong>de</strong>s formales, aunque la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s<br />

empresas a la subcontratación <strong>de</strong> microempresas formales se<br />

habría <strong>de</strong>tenido a fines <strong>de</strong>l siglo XX (Sánchez, Joo y Zappala,<br />

citados por Cimoli, 2006).<br />

51 La crítica a esta visión ha sido abundante. Se la ha calificado<br />

<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ológica y <strong>de</strong> carente <strong>de</strong> sustento empírico, al extraer conclusiones<br />

generales <strong>de</strong> estudios realizados a algunas pocas microempresas<br />

en el Perú (Salas, 2003). A<strong>de</strong>más, se ha señalado la insuficiencia<br />

<strong>de</strong> centrar la discusión en torno al capital <strong>de</strong> los microempresarios<br />

y las excesivas regulaciones, en tanto “la mera ausencia <strong>de</strong> normas<br />

no resuelve el problemas sustantivos, tales como el acceso <strong>de</strong>l sector<br />

al <strong>crédito</strong>, capital, capacitación, tecnología y mercados, y la necesidad<br />

<strong>de</strong> su organización”. (Víctor Tokman, 2004; 212). Incluso<br />

Portes (ibid), consi<strong>de</strong>ra errado el camino entendiendo que lejos<br />

<strong>de</strong> ser un obstáculo para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las relaciones capitalistas<br />

<strong>de</strong> producción, la regulación estatal es el soporte que explica su<br />

existencia y subsistencia a lo largo <strong>de</strong>l tiempo.<br />

<strong>Nuestra</strong> <strong>palabra</strong> <strong>tiene</strong> <strong>crédito</strong><br />

125.-<br />

Sin embargo, en paradójica coinci<strong>de</strong>ncia con<br />

la postura neomarxista, la concepción neoliberal<br />

también operacionaliza el fenómeno<br />

como extralegalidad, pero en este caso <strong>de</strong>bido<br />

al exceso <strong>de</strong> regulaciones estatales sobre los<br />

mercados. Ambos enfoques compartirían entonces<br />

1) un origen en la observación empírica<br />

<strong>de</strong>l fenómeno; 2) una unidad <strong>de</strong> análisis (la<br />

actividad o forma <strong>de</strong> actuar); 3) la condición<br />

extralegal; 4) límites borrosos con el mundo<br />

formal (Cortes, 2000).<br />

Una crítica común a los enfoques que i<strong>de</strong>ntifican<br />

la informalidad con la omisión <strong>de</strong> regulaciones<br />

<strong>de</strong>scansa en su arbitrariedad, en tanto<br />

un mero cambio <strong>de</strong> la legislación podría cambiar<br />

el estatus teórico <strong>de</strong>l fenómeno 52 , y “sin<br />

embargo las unida<strong>de</strong>s anteriormente llamadas<br />

informales seguirían ahí (…) el criterio <strong>de</strong>l<br />

cumplimiento <strong>de</strong> las leyes vigentes es un criterio<br />

totalmente arbitrario” (Salas, 2003; 67).<br />

En el año 2002, en el marco <strong>de</strong> la 90º Conferencia<br />

Internacional <strong>de</strong>l Trabajo, la OIT toma<br />

nota <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate en torno a la informalidad y<br />

señala que en el contexto <strong>de</strong> flexibilización <strong>de</strong><br />

la producción y las relaciones laborales se extien<strong>de</strong>n<br />

los rasgos <strong>de</strong> los empleos informales a<br />

sectores anteriormente consi<strong>de</strong>rados formales.<br />

Se distingue entonces entre empleo en el sector<br />

informal, basado en la unidad <strong>de</strong> producción,<br />

y empleo informal, más amplio y basado en el<br />

puesto <strong>de</strong> trabajo (Hussmanns, 2004). A la<br />

vez, se plasma una <strong>de</strong>scripción específica <strong>de</strong> la<br />

economía informal, consistente en el conjunto<br />

<strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s económicas <strong>de</strong>sarrolladas por los<br />

trabajadores y las unida<strong>de</strong>s económicas que,<br />

tanto en la legislación como en la práctica,<br />

están insuficientemente contempladas por los<br />

sistemas formales o no lo están en absoluto.<br />

De este modo, se incorporan al <strong>de</strong>bate sobre la<br />

informalidad, los problemas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sintegración<br />

<strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> empleo típicas <strong>de</strong> la sociedad<br />

industrial mo<strong>de</strong>rna. La precariedad laboral,<br />

concepto que había irrumpido a fines <strong>de</strong> siglo<br />

52 En otra parte, llamamos la atención sobre esta paradoja<br />

consi<strong>de</strong>rando las regulaciones sobre los trabajadores <strong>de</strong> la recuperación<br />

informal <strong>de</strong> materiales reciclables en la Ciudad<br />

<strong>de</strong> Buenos Aires (Gutiérrez Ageitos, 2007).

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