Nuestra palabra tiene crédito - Ministerio de Desarrollo Social

138.- Primer Congreso Latinoamericano de Microcrédito
La soberanía aLimentaria
según Los agriCuLtores
de brasiL
La intervención del referente de CRESOL, aporta
otros elementos a la conceptualización de la
soberanía alimentaria en relación a la forma de
producir: “Es el sostenimiento de los productores
que no están plantando soja transgénica, ni
maíz transgénico, y que tienen conciencia que la
producción de alimentos es el futuro de nuestra
nación latinoamericana”. También contempla
los valores y objetivos que sostienen estas organizaciones,
vinculados con la integración solidaria
entre las cooperativas de productores familiares
a través del crédito y la apropiación del conocimiento
en función del desarrollo local sustentable.
En este sentido, se plantea que los principios
y valores del cooperativismo son democratizadores
en relación a la organización de los movimientos
populares y son grandes incentivadores
del cooperativismo de crédito. Para garantizar
estos valores se sostiene un sistema descentralizado
de múltiples cooperativas: “no queremos cooperativas
grandes que excluyan a los agricultores
que organizaron la cooperativa inicial”.
¿Cómo se construyó el concepto de soberanía
alimentaria por parte de los movimientos
campesinos?
En 1996, luego del fracaso de la Revolución
Verde para solucionar los problemas del
hambre, y ante los niveles de una FAO (Organización
de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura) influenciada
por grandes empresas multinacionales, surge
de un grupo de representantes de los cinco
continentes. El replanteo y la disputa por la
seguridad alimentaria se mostraban como un
proceso de control y disciplinamiento, indicando
no sólo qué consumir como alimento
sino qué producir y cómo, e incluso cómo distribuir.
Ello se refleja en distintos tópicos que
tienen que ver con la producción de semillas,
el traslado de la producción y su costo. A continuación
se desarrollan dichos tópicos:
En relación con la producción de semillas,
se plantean los mecanismos regulatorios que
garantizan esa lógica de disciplinamiento
como lo es, en Argentina, la Ley de Semillas
N° 21.247 donde toda creación de carácter
público debe ser compartida y toda creación
de carácter privado puede ser comprada.
Esto cuando, en realidad, según se tomen los
15.000 millones o los 400.000 millones de
años de historia genética queda demostrado
que hay un camino hecho sin la intervención
del hombre y los mercados.
Por otra parte, se afirma que el 40% del calentamiento
global hoy se debe al traslado,
debido a las distancias, de millones y millones
de toneladas de alimentos. A tal punto que,
por ejemplo, un campesino de un cantón
suizo para producir un kilo de arroz que se
comercializa en un almacén gasta seis galones
de combustible, mientras que con 630 cc de
combustible se hace una tonelada de arroz.
Entonces hay que empezar a hacer números
de cuánto sale ese traslado. Claro que para ello
hay que asumir otra lógica de producción, circulación
y distribución de los alimentos y la
generación de ingresos nacionales.
A partir de estos planteamientos se menciona
el caso paradigmático de Brasil, país que ha
hecho una apuesta fuerte a la agricultura familiar
campesina para superar el hambre.
PoLítiCas PúbLiCas Para
La soberanía aLimentaria
Los organismos públicos presentes complementan
y enriquecen el concepto de soberanía
alimentaria reconociendo al sector como
un actor relevante. Se han generado por ello
nuevas instituciones e institucionalidades en
la estructura estatal. Por otra parte, se sostiene
la necesidad de garantizar a la población el
acceso al alimento en cantidad y calidad suficientes
por parte del Estado, como un derecho
ciudadano, al tiempo que se ha avanzado
en promover la generación de alimentos, coincidiendo
una vez más con las organizaciones
en la inquietud de producir para el mercado
interno. A continuación se profundizará la