Nuestra palabra tiene crédito - Ministerio de Desarrollo Social

22.- Primer Congreso Latinoamericano de Microcrédito
atravesaba. Una Argentina donde los derechos
humanos no se respetaban. Obviamente, en
esta reconstrucción tiene gran relevancia la línea
de recuperación económica pero no desde una
perspectiva de mercantilismo o de fundamentalismo
de mercado sino dotándola de esos lazos
que se necesitaba fortalecer en el tejido social,
con medidas redistributivas de los ingresos, con
promoción y defensa del empleo y del trabajo.
Los datos económicos no son menores. Por
ejemplo, confirmar que hoy Argentina tiene
reservas por 52 mil millones de dólares y que
existen 40 millones de argentinos y argentinas
que, en su mayoría, apuestan a la reconstrucción
del país. Y esto va más allá de los matices,
de los diversos colores políticos. Es significativo
porque es la señal de quienes abrazan un
Proyecto Nacional. Realmente el microcrédito
es una herramienta más de la construcción
de la política social vinculada a una mirada y
a un enfoque específico de esta política pública
y social. Y la misma implica una visión
diferente de aquella de quienes al dar, colocan
al otro más abajo, como en su momento consideró
la Sociedad de Beneficencia. Este paradigma
significa colocar al otro dentro de una
política de reciprocidad social. La compañera
Evita dignificó esta perspectiva pero luego
volvió el neoliberalismo y se repitieron esos
viejos caminos. Ahora, primero con Néstor
y después con nuestra compañera Presidenta,
se trabaja por la dignidad de los derechos
sociales, económicos y culturales. Derechos
que se construyen con un Estado presente,
un Estado que facilita la participación, que
articula, un Estado promotor. Estos derechos
y estas políticas se construyen con el pueblo.
Son una construcción colectiva. No hay manera
de construir políticas sociales desde un
programa o desde miles de programas. Y sobre
la economía social, también hay distintos
enfoques y paradigmas y es preciso distinguir
las diferencias y los matices. Desde este paradigma,
se habla de la economía social para el
desarrollo local. Y cuidado, porque desde el
modelo neoliberal también se decía esto, pero
se trataba de un desarrollo social local del lu-
gar con la mirada del ombligo, de lo individual.
No se comprendían la mirada regional,
la mirada de Patria ni la mirada de la Patria
Grande también.
No puede haber un desarrollo local individualista
ya que se construye en la fortaleza de la
organización social. Por eso, el microcrédito
supera al Programa en sí mismo, porque hablar
y construir organización social de microcrédito
hoy es una realidad. Cuando se empezó
con esto, allá en el inicio de la gestión de
gobierno, faltaba la Ley (26117) para poder
avanzar y que se obstruyera y se limitara en
la realización. Pero ya en ese entonces, 60 organizaciones
sociales estaban empujando para
consolidar este modelo con esa mirada. En
esto de las casualidades o causalidades, cuando
tuve la oportunidad de ser senadora de la
Nación, junto con esas organizaciones que
se colocaron a nuestro lado, construimos esa
herramienta que hoy permite más realizaciones.
Esta herramienta está haciendo caminos
y hace caminos en todo el país. En los pueblos
más chicos y en los pueblos más grandes. Y
como dice Cristina, para nosotros no hay pueblos
chicos ni hay pueblos grandes sino hay
un todo que es nuestro querido país.
En esta construcción en la que se promueve
la organización del microcrédito, hay además
un elemento simbólico de recuperación cultural,
ya que resulta que el valor de la palabra
se empieza a dignificar. Emprendedores que
hoy obtienen un microcrédito sin ningún tipo
de garantía patrimonial sino solamente con la
garantía de la palabra de sus propios compañeros.
Este es el eje que se rescata: la palabra
empeñada, la buena fe. Con el Banquito de
la Buena Fe, con los Consorcios de Gestión,
con las Redes que se abren en todos los lugares
del país. Claro que crece la alegría, porque
ese esfuerzo compartido, esos lazos que siguen
afianzándose son los que marcan rumbos, alcanzan
objetivos y recorren caminos para las
personas y su desarrollo. Allí es donde está la
justicia social, donde está la equidad.
En aquel momento inicial de la gestión, muchos
desconfiaban de esta idea y, como las