Nuestra palabra tiene crédito - Ministerio de Desarrollo Social

países de la región (inversores privados en
moneda extranjera, distribución de utilidades,
costos de administración del sistema de
fideicomiso, capitalización de las organizaciones,
por ejemplo) es muy poco probable que
la tasa de interés que deben pagar los emprendedores
se ubique por debajo de los niveles
de usura 31 . Aquí existe una tensión evidente
entre los objetivos reales de las microfinanzas
y el supuesto objetivo de que el microcrédito
se constituya en una herramienta para el desarrollo
y la inclusión social.
Otra de las inconsistencias de dicho enfoque
comercial de las microfinanzas, es la forma de
concebir el microcrédito como una acción escindida
y con capacidad por sí sola de brindar
una solución al trabajador informal. El microcrédito
es muchas veces planteado como un
paquete de productos orientados a satisfacer
necesidades de toda índole: de consumo, de la
unidad de autoempleo, de seguros de vida, de
educación, por ejemplo; centrados todos ellos
en aspectos de consumo familiar. A menudo
las instituciones de microfinanzas eluden la
complejidad del mundo del autoempleo y la
necesidad de integrar acciones. Desde nuestra
perspectiva, es preciso implementar un conjunto
de herramientas adaptadas a la realidad
del sector. Se requiere mejorar los canales de
comercialización, la formación técnica profesional
de los emprendedores (la microfinanzas
comerciales asegura que eso se debe terciarizar),
la articulación en cadenas de valor, entre
otros. Todas estas cuestiones son parte de la
problemática y de las necesidades del sector de
emprendedores de la economía social.
En definitiva, se puede afirmar que el microcrédito,
tal cual lo concibe el enfoque comercial
de las microfinanzas, es visto como una
herramienta en sí misma desconociendo que
es más bien un instrumento poderoso si, y
tan solo si, se combina de forma racional con
otros elementos que forman parte del conjunto
de necesidades del sector.
31 Las tasas de interés de estas entidades se ubican entre
el 60% y el 250% de tipo anual efectiva, según un estudio
realizado por Foncap S.A. en 2008.
Nuestra palabra tiene crédito
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haCia un Cambio de
Paradigma de Las
miCrofinanzas en La
región. eL modeLo seguido
Por argentina Con La Ley
de miCroCrédito
A continuación se tratan los aspectos que
constituyen, a nuestro entender, los desafíos
centrales que deben formar parte de una agenda
común en la región si lo que se desea es
convertir al microcrédito en una herramienta
de integración social más poderosa aún.
Para comenzar, es necesario reconocer que el
microcrédito aplicado para reducir la pobreza
y los problemas de la exclusión, utilizado con
el enfoque de las microfinanzas, no ha sido
efectivo. En la actualidad no se conocen estudios
serios que den cuenta que esta forma
de entregar microcréditos haya mejorado la
condición de vida de los emprendedores y las
de sus familias. Es más, hace algunos años, un
grupo de emprendedores bolivianos se encadenaron
en la Plaza de Armas de la ciudad
de La Paz y durante una huelga de hambre,
aseguraron que las políticas microfinancieras
imperantes en toda la década de los noventa
y entrada la actual, no habían hecho más que
aumentar su situación de extrema exclusión32 .
Estos emprendedores bolivianos interpelaron
a las ONGs, a las sociedades comerciales especializadas
en microcrédito, a las agencias de
cooperación internacional y hasta al mismo
gobierno que permitió tasas que, en muchos
casos, superaban la usura. El sobreendeudamiento,
producto de una oferta sin regulación,
no mitigó las elevadas tasas de interés
(fracaso del argumento de la ortodoxia). Por el
contrario, contribuyó a provocar la sumisión
de grandes cantidades de emprendedores en
las peores condiciones de subsistencia.
Los Estados de la región deberán realizar un
gran esfuerzo por subsidiar la tasa de interés
que pagan los emprendedores. En Argen-
32 Diario Una voz independiente, Mujeres bolivianas, víctimas
de la usura, BBC Mundo, Articulo del 29 de noviembre
de 2009.