Nuestra palabra tiene crédito - Ministerio de Desarrollo Social

existe una “concepción semántica entre microcrédito
y microfinanzas”. Sin embargo, se
coincide en sostener que la oferta de servicios
financieros está dirigida a personas con un
bajo nivel de ingresos que realizan actividades
socioeconómicas en pequeña escala, generalmente
de autoempleo.
Por lo expuesto, se puede señalar que las
microfinanzas están destinadas a microempresarios
o emprendedores que por sus características
serían “clientes marginales de los
bancos tradicionales”, quienes se caracterizan
por solicitar montos pequeños, carecen de garantías
reales, están en situación de pobreza
y presentan proyectos de financiación con
información incompleta. El objetivo es que a
través de montos pequeños, puedan generar
autoempleo y de esta forma sean capaces de
mantenerse a sí mismas y a sus familias.
b) Dilema de la captación de ahorros.
La metodología de BBCC tiene como objetivo
que los socios de los BBCC puedan ahorrar.
Sin embargo no existe una reglamentación
que autorice captar ahorros del público.
c) Dilema: Los costos que implica el
crédito para la IMF.
Implica la necesidad de contar con subsidios en
la primera etapa de trabajo de la IMF ya que los
costos operativos y de recursos humanos al ser
altos, podrían estar obligando a subir la tasa de
interés del programa crediticio. De no contar
con apoyo para el inicio de las actividades, este
costo se estaría trasladando directamente al microempresario
o emprendedor.
Nuestra palabra tiene crédito
ConCLusiones
149.-
En los diferentes países existe amplia
heterogeneidad en el desarrollo del
sector de la microfinanzas o de los programas
de microcrédito, asociada a los
niveles de pobreza en cada país y a las
formas de aplicación de políticas sociales
para su erradicación. Como producto
de la crisis social y económica, muchos
desempleados pasaron a formar
parte del sector informal, produciéndose
el surgimiento de una gran variedad
de actividades económicas por cuenta
propia. Este contexto fue propicio para
el desarrollo de las microfinanzas, suponiendo
llegar con servicios financieros
a la población que no podía acceder la
banca formal, razón por la cual en la actualidad
los servicios crediticios llegan
en Bolivia a 80.000 microempresarios,
en Perú 60.000 y en Argentina 10.000.
El modelo de BBCC proporciona
que la población tenga acceso a servicios
financieros no sólo de crédito, ya que
se plantea que estos programas están
abarcando facilidades para depositar y
mantener reservas, hacer pagos, cambiar
monedas y proveerse de micro seguros.
El uso de la garantía cruzada en la
implementación de la metodología de
BBCC está permitiendo que las personas
generen confianza en los grupos, que
la palabra de la persona sea la base y el
aval para el pago del préstamo. De esta
manera, se intenta apostar de manera
gradual a que los socios de los BBCC
tengan sensibilidad hacia la solidaridad,
destacando que dicha sensibilidad emerge
desde la historia y se da como un proceso
a partir de las experiencias de los
socios y no por motivaciones racionales.
Por ello se puede afirmar que la solidaridad
se construye en los BBCC mediante
consensos y normas.