Nuestra palabra tiene crédito - Ministerio de Desarrollo Social

POLÍTICAS
PúBLICAS y
SOBERANÍA
ALImENTARIA
Liliana Periotti (Subsecretaria de
Políticas Alimentarias – Ministerio de
Desarrollo Social - Argentina); Martín
Goizueta (Mesa de Productores
Familiares Buenos Aires – Argentina);
José Catalano (CIPAF - Argentina);
Gabriel Junior Egon (Asociación
CRESOL-Brasil), Angel Estrapason
(Movimiento Nacional Campesino
Indígena – Argentina)
Modera/Sistematiza: Elizabeth
Olmos – CONAMI
Este panel congrega a organizaciones que
tienen la particularidad de integrar redes
que se encuentran articuladas con otros
conjuntos de organizaciones del sector
junto con organismos gubernamentales
con incumbencia directa en la cuestión,
configurando un entramado que ha venido
construyéndose en términos históricos y
políticos en torno a la temática de la soberanía
alimentaria.
La definición de los aspectos centrales en la
perspectiva de construir “otro modelo de desarrollo”
es aún un desafío con relación a este
terreno, a pesar de los importantes avances
realizados, ya que la soberanía alimentaria, es
un aspecto que aún presenta cierta debilidad.
definiCiones de La
soberanía aLimentaria
Es una construcción conceptual que define un
modo de concebir al sector de la agricultura
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familiar y que implica la búsqueda de respuesta
a cinco preguntas en relación a la producción:
¿qué producir?, ¿para quién?, ¿cómo se
produce?, ¿quién produce? y ¿dónde?
Las organizaciones de productores familiares,
tanto como las de movimientos campesinos,
y las de los pueblos originarios, se posicionan
en su historia, su lucha, para definir una
propuesta relacionada con su “hacer”, esto es,
producir alimentos sanos y variados. Desde
este lugar conceptual y de praxis social, se
construye la noción de soberanía alimentaria.
Se valora el momento histórico y el contexto
actual frente a la necesidad de construir
un modelo de desarrollo alternativo que
cuestione la lógica hegemónica del desarrollo
rural aún persistente, cuyo principal
eje está situado en la rentabilidad y la ganancia,
lo cual ha transformado al campo y
al productor rural, a través de los pooles de
siembra, los capitales financieros y la renta
agropecuaria, en un gran negocio pero con
poca sustentabilidad y consecuencias negativas
hacia el futuro.
Por otra parte, complejizando el cuadro, se
mencionan las condiciones fundamentales
en esta construcción basada en la unidad
del sector de movimientos campesinos,
organizaciones de pueblos originarios y
organizaciones de la agricultura familiar.
Hay una construcción identitaria a la luz
del camino recorrido en todos estos años,
donde se observa un reconocimiento como
sujeto político organizado. Ello es necesario
para construir un nuevo modelo de desarrollo
rural. Sin embargo, aún priman las
urgencias, la lucha por resistir los desalojos
en el NEA, en el NOA, por el avance del
modelo hegemónico que, entre otros flagelos,
expulsa a la gente de sus tierras. Y en
esta complejidad del análisis y los procesos,
también se identifican oportunidades como
por ejemplo el desarrollo de un proyecto de
ley para frenar los desalojos. Ello necesariamente
implica la oportunidad de pasar de la
resistencia a la ofensiva y defender un modelo
de vida de mejor calidad para todos.