Nuestra palabra tiene crédito - Ministerio de Desarrollo Social

148.- Primer Congreso Latinoamericano de Microcrédito
Articulación de las IMFs.
La articulación de las IMFs descansa sobre
una estructura que tiene tres pisos:
Primer piso: está conformada por todas
aquellas instituciones que brindan créditos
a los emprendedores o microempresarios.
En este nivel se analizan las características
que tiene la IMF, las que presenta la población
objetivo, los servicios financieros
que brinda la IMF, es decir, el proceso de
desarrollo por la tecnología crediticia, la
captación de ahorros u aportes y los servicios
no financieros.
Segundo piso: es la instancia que, a nivel regional
o nacional, articula a las instituciones
ejecutoras u operadoras de servicios financieros
a través de un consorcio o una red que
las representa. Estas instituciones asociadas,
obedecen a una forma de autorregulación,
que corresponde a las normas dadas por
los consorcios o redes, con el fin de ejercer
control en su crecimiento y en la expansión
de la IMF. En este caso, al no tener reglamentación,
existe el acuerdo de brindar asesoría
especializada, capacitar a los recursos
humanos para su desarrollo e intermediar
recursos para fortalecer el capital de trabajo
de las IMFs asistidas. Aquí lo que se intenta
es transmitir conceptos y técnicas cuya aplicación
previa se vea reflejada en saludables
indicadores de crecimiento y sostenibilidad
institucional, con la perspectiva de alcanzar
cada vez más altos estándares de desempeño.
Tercer piso: está dado por el conjunto de redes
o consorcios que se aglutinan internacionalmente
a través de una instancia regional –para
los casos de las IMFs de Bolivia, Chile y Perú-
donde se analiza la cobertura que tienen los
servicios financieros de las IMFs por país,
priorizando las líneas de crédito que ofrecen
en lo referido a: número de prestatarios, montos
colocados, evolución de la cartera y captación
de ahorros.
PosiCiones y diLemas
en torno a Los banCos
ComunaLes
Una tendencia compartida entre los disertantes
es señalar que los programas del Estado
no inciden en los factores que perpetúan la
pobreza sino en los síntomas. También identifican
los siguientes dilemas:
a) Dilema “concepción semántica entre
microcrédito y microfinanzas”.
A lo largo de las tres últimas décadas, la definición
de las microfinanzas y/o microcrédito
se ha visto asociada a dos enfoques: el primero,
“de alivio de la pobreza”, que prioriza
el impacto en los más pobres, relegando la
sustentabilidad financiera de la oferta y brindando
la oportunidad de microcréditos junto
con otros servicios no financieros como la capacitación
y la asistencia técnica. El segundo,
el minimalista que sostiene que la población
objetivo de las microfinanzas son “los menos
pobres de los pobres”, enfatizando la especialización
financiera con todo tipo de servicios
financieros, así como la sustentabilidad financiera
de la oferta y el alcance dado por la escala
que obtenga. Según el enfoque adoptado se ha
definido el significado de las microfinanzas a
lo largo de estas dos últimas décadas.
A partir de esta definición funcional, se puede
señalar que la especificidad de las microfinanzas
está puesta en su “población objetivo”, es decir,
la que se compone de los sectores más debilitados
del escenario socioeconómico. Por tanto,
las microfinanzas hicieron posible que, en este
contexto, las finanzas volvieran a incluir a los
sujetos de crédito que históricamente se encontraban
expulsados del sistema. Esto hace posible
hoy que en el mercado se constituya una nueva
forma de hacer finanzas con la inclusión de la
población que había sido marginada.
Frente a lo señalado, se puede precisar que
no existe un consenso único para definir el
concepto de microfinanzas, planteando que