A mirada do outro - Educación en valores
A mirada do outro - Educación en valores
A mirada do outro - Educación en valores
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
A MIRADA DO OUTRO<br />
198<br />
De la emperatriz Isabel de Portugal se resalta, sobre to<strong>do</strong>, su belleza, 30 su<br />
piedad y su pu<strong>do</strong>r, eleva<strong>do</strong> este a un gra<strong>do</strong> tan desmesura<strong>do</strong> que le provoca la<br />
muerte, ejemplaridad que sólo puede <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse <strong>en</strong> el marco del catolicismo<br />
estricto que regía la moral del franquismo:<br />
Una linda emperatriz. (...) Y <strong>en</strong> el trono de España, que era casi el trono del<br />
mun<strong>do</strong>, junto al poderoso empera<strong>do</strong>r Carlos I, una reina bonita como una<br />
flor: la emperatriz Isabel, nieta de Doña Isabel la Católica. La trajeron de<br />
Portugal, como precioso símbolo de la unión de los <strong>do</strong>s pueblos. Y no sólo<br />
por voluntad de Carlos, sino porque ya España se había <strong>en</strong>amora<strong>do</strong> de ella.<br />
(...)”. La boda se celebró con gran pompa <strong>en</strong> Sevilla. Y el pueblo se extasiaba<br />
miran<strong>do</strong> la belleza de la emperatriz: cuerpo esbelto, fr<strong>en</strong>te limpia, ojos<br />
grandes, cabello abun<strong>do</strong>so y <strong>en</strong> la boca siempre una dulce sonrisa. (...).<br />
To<strong>do</strong> <strong>en</strong> vano. La emperatriz, casta y pu<strong>do</strong>rosa, no quiso que los médicos<br />
reconocieran y tocaran su cuerpo desnu<strong>do</strong>. Y <strong>en</strong> un hermoso día de primavera<br />
<strong>do</strong>bló su fr<strong>en</strong>te marchita, como una magnolia abrasada por el sol. 31<br />
Se destaca su papel de reg<strong>en</strong>te, pero poni<strong>en</strong><strong>do</strong> de relieve que su bu<strong>en</strong> gobernar<br />
fue fruto de la formación dada por su mari<strong>do</strong>, y que el man<strong>do</strong> lo ejercía de<br />
manera fem<strong>en</strong>ina (con mano fina y suave, con justicia y caridad). Se trata de<br />
conservar el ord<strong>en</strong> patriarcal y por ello, <strong>en</strong> una tarea calificada como masculina,<br />
el gobierno de una nación, ella es qui<strong>en</strong> suple, <strong>en</strong> su aus<strong>en</strong>cia, al que realm<strong>en</strong>te<br />
det<strong>en</strong>ta el poder, el rey, y lo hace gracias a sus <strong>en</strong>señanzas y sin perder un<br />
ápice de su feminidad:<br />
Pero Isabel era algo más que una esposa bella y <strong>en</strong>amorada; era una mujer de<br />
tal<strong>en</strong>to y D. Carlos la educó, hasta hacer de ella un valioso auxiliar de su<br />
política. Mi<strong>en</strong>tras vivió la emperatriz, ella fue la goberna<strong>do</strong>ra prud<strong>en</strong>te de<br />
Castilla, durante las prolongadas aus<strong>en</strong>cias del empera<strong>do</strong>r. 32<br />
El empera<strong>do</strong>r paraba poco <strong>en</strong> España. Combatía a los turcos, cogía prisioneros<br />
a reyes <strong>en</strong>emigos, confer<strong>en</strong>ciaba con el Papa, congregaba a los teólogos.<br />
Y mi<strong>en</strong>tras él trajinaba sobre Europa, sin cesar, <strong>en</strong> constante empresa<br />
heroica, la mano fina y suave de la emperatriz gobernaba los imperios y hacía<br />
a los pueblos de España justicia y caridad. 33<br />
30 “La emperatriz Isabel, esposa de D. Carlos (...) su belleza cautivó a to<strong>do</strong>s los nobles de su Corte,<br />
como el Duque de Gandia (...)”. SANCHEZ ZURRO, D.J, GONZALEZ GALLEGO, I;<br />
MAÑERO MONEDO, M. Ci<strong>en</strong>cias Sociales. Libro de consulta del alumno. Anaya. 1975. p. 119<br />
31SERRANO DE HARO, Agustín. Guirnaldas de la Historia. Escuela Española. Madrid 1962.<br />
p. 111<br />
32 AGUADO BLEYE, Pedro. Manual de Historia de España. Tomo II. Espasa Calpe 1967. p. 447<br />
33 SERRANO DE HARO, Agustín. Guirnaldas de la Historia. O.c. pp 111-113.