Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

De repente entra en cámara, también a caballo, el brujo Tiburcio, con su
humanidad esquelética, su punta de lanza enastada en el largo crucifijo y sus
sartas de amuletos todavía cubiertas por la riquísima capa del santo.
TIBURCIO:
-¿Vas a fusilar a un hermano porque se robó una gallina?
ZAMORA:
-No. Yo no le puse encima un dedo a los oligarcas de Coro
que apoyaron la dictadura ¿Cómo voy a tocar a un
campesino?
Tiburcio se interpone repentinamente con el caballo entre Zamora y El Perro,
y arrebata la gallina:
TIBURCIO:
-¡Justicia de Salomón!
Primer plano de la cara de la mujer pobre, que grita levantando las manos,
como suplicando a favor de la gallina, que cacarea desesperadamente.
Tiburcio sostiene la gallina por una pata, y da un terrible machetazo fuera del
campo visual, el cual envía un chorro de plumas blancas hacia el campo visual
e interrumpe el cacareo.
Gaspers se tapa la boca con una mano, conteniendo la risa.
Tiburcio mueve su caballo entre el conjunto de gentes del pueblo y soldaditos
que se han ido arremolinando, arrancando plumas blancas con una mano y
esparciéndolas entre los curiosos, que las ven caer como una nevada.
Primer plano de una de las manos del brujo que, ensangrentada, deja ver tres
pequeñas piedras redondas, también mojadas en sangre.
TIBURCIO:
-El pobre es como la gallina, que come piedras. Hasta que
las piedras se vuelvan pan, que sienta cada uno una piedra
en el buche.
ZAMORA:
-Usted que sabe de justicia, ¿Sabe quién va a ganar esta
guerra?
Tiburcio desorbita los ojos, y contesta con las palabras de Revelación, 11,6:
TIBURCIO:
-“Tienen el poder de cerrar los cielos, que no llueva durante
los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para
convertirlas en sangre, y para azotar la tierra con la plaga
tanto como lo deseen. Y cuando terminen su testimonio, la
bestia salida del abismo los combatirá, y los vencerá, y los
matará”.