Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

INTERIOR. DÍA. PATIO TRASERO Y TEJADO DE LA CASA DEL
CONGRESO
El Diputado llanero Palacio, mientras tanto, valiéndose de una mesa y una
silla, (o de una providencial escalera de mano), trepa al techo desde el patio
trasero. Juan Vicente González lo mira, y lo increpa:
JUAN VICENTE GONZÁLEZ:
- ¿Qué haces, Miguel Palacio? ¡No corras ante el populacho!
¡Defiéndenos como un romano!
Miguel Palacio echa a correr por el tejado, y desaparece saltando al patio de la
casa vecina:
MIGUEL PALACIO:
-¡No joda, yo no soy romano, yo soy de Naguanagua! ¡Llanero no
pelea enchiquerado!
Juan Vicente González echa a correr protegido por el diputado liberal y,
usando la misma mesa y silla o escalera dispuestas por Palacio, resoplando por
su corpulencia, gana el tejado y gatea trabajosamente por las tejas, que se
quiebran en forma intranquilizante.
Un gordo gato se le enfrenta, maullando, erizado.
González queda paralizado al sentir bajo él un ominoso crujido de las tejas.
ESCENA 23
INTERIOR. DÍA. SALA DE SESIONES DE LA CASA DEL
CONGRESO
En la sala de sesiones entra el pueblo, tomando las sillas como armas,
arrojando tinteros, volcando escritorios.
Un diputado oligarca llora en su asiento.
Otro, de rodillas, asido de los faldones de un cura, suplica la absolución:
DIPUTADO OLIGARCA: ¡La absolución, padre!
El cura se sacude el molesto impedimento para la fuga, y grita, a toda carrera:
CURA: ¡Ego te absolvo, pero corre, corre, pendejo!
Se traba una refriega a pescozones, bastonazos y silletazos entre pueblo y
diputados oligarcas. Tres diputados caen al suelo, con heridas de
consideración.