Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
conciencia del espectáculo que acaba de dar, mientras el movimiento de<br />
cámara, que sigue el caminar de la muchacha, lo va dejando cada vez más al<br />
fondo.<br />
ESCENA 39<br />
EXTERIOR. MADRUGADA. CALLE DE CARACAS<br />
Resuena el canto de un gallo.<br />
Por una calle de Caracas el Mendigo Negro camina trabajosamente, como una<br />
tortuga. Viejo, harapiento, descalzo, carga sobre la espalda un pequeño marco<br />
de madera que aloja una piedra de amolar en forma de rueda, horadada en el<br />
centro con una manivela que sirve para hacerla girar.<br />
Con una zanfoña de canutillos de flauta atada de un cordel que le cuelga del<br />
cuello, el viejo negro hace sonar en escalas ascendentes y descendentes el<br />
pregón del amolador, y canta:<br />
MENDIGO NEGRO:<br />
-¡Amoladooor! ¡Amoladooor!<br />
En la ventana de una casa de cierta importancia, instalada en el poyo, de una<br />
de las tres ventanas, una adolescente que borda le dice a una niñita que la<br />
acompaña:<br />
ADOLESCENTE BORDADORA:<br />
-¡Pónte algo en la cabeza para que no te la corten!<br />
La adolescente, muy seria, se pone el aro con el bordado, y la niña, riendo, un<br />
carrete de hilo rojo.<br />
Desde la parte posterior de la ventana, una criada morena y de ropas humildes<br />
llama al amolador:<br />
CRIADA:<br />
-¡Amolador!<br />
ESCENA 40<br />
INTERIOR. MAÑANA. COCINA DE CASA DE CARACAS<br />
En la cocina, sentado en el suelo, el afilador hace girar la rueda de amolar,<br />
acercándole la hoja del primero de una larga hilera de cuchillos mellados que<br />
están a su lado, sobre un trapo.<br />
Al limar el cuchillo con la rueda que gira, surge un pequeño chorro de<br />
chispas.