Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

MENDIGO NEGRO:
-Toda la vida de esclavo, y me sueltan, y como peón gano
real y medio en comida, casabe y papelón trabajando
noventa días, sin salario en dinero, y el resto del año por mi
cuenta, y las deudas en la pulpería de la hacienda pasan de
padres a hijos...
Gaspers toma otro generoso trago de la garrafa, parece inspirarse, y saca un
folleto de su bolsillo, que lee con convicción:
GASPERS.
-Anímate, Ezequiel. Me llegó algo de unos muchachos
alemanes que son una maravilla: “La historia de todas las
sociedades que han existido hasta nuestros días es la
historia de las luchas de clases... Los obreros, obligados a
venderse al detal, son una mercancía como cualquier otro
artículo de comercio, sujeta, por tanto, a todas las
vicisitudes de la competencia, a todas las fluctuaciones del
mercado... Los proletarios no tienen nada que perder, más
que sus cadenas... ¡Proletarios de todos los países, unios!”
El mendigo negro toma otro generoso trago de aguardiente de culebra, y
pregunta:
MENDIGO NEGRO:
-Mozo ¿usted es poeta?
Gaspers toma otro trago de la botella, acusa el castigo, y la planta frente a
Ezequiel.
GASPERS:
-Todo revolucionario es poeta. Los reaccionarios son
poetastros.
Ezequiel Zamora, mirando fijamente hacia delante, habla como para sí mismo:
ZAMORA (Sombrío):
-No hay tierra para los libertos, pero doce miembros de la familia
Monagas recibieron concesiones de baldíos por 34 leguas, 2.219
fanegadas y 8.485 varas cuadradas... Monagas me ha salvado del
patíbulo, pero está rodeado por un círculo de liberales-oligarcas,
marcha por un camino contrario al pueblo… Jamás seré traidor a