Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

Cada vez que surge el surtidor de chispas, la niña salta, alborozada.
Amarradas del fogón, varias gallinas voltean la cabeza de un lado y otro,
como si adivinaran que el filoso cuchillo no anticipa nada bueno.
La adolescente pregunta a la niña, siguiendo el clásico juego infantil:
ADOLESCENTE:
-¿Tu papá mató cochino? ¿Y le tuviste miedo?
La adolescente salpica con la mano mojada la cara de la niña, la cual cierra los
ojos y ríe con fingido pavor.
Un lechón gruñe, intranquilo.
ESCENA 41
INTERIOR. MEDIODÍA. LUJOSO COMEDOR DE CASA.
En el amplio y lujoso comedor de la casa, el Diputado Conservador
Comerciante a quien vimos en la escena 28 calcular las ventajas de sustituir la
esclavitud por el peonaje, brinda jovial con varios conservadores más,
mientras en apoyo de sus argumentos lee un libro titulado Memoria de
Hacienda, 1856:
DIPUTADO CONSERVADOR COMERCIANTE:
-Por principio debemos quejarnos, pero estamos haciendo
mejores negocios que nunca. Fíjense en la Memoria de
Hacienda: “Va acumulándose silenciosamente en pocas manos,
una riqueza territorial inmensa, que destruyendo aquella porción
feliz que por parte del Gobierno pudiera conservarse en la
distribución de las fortunas, va preparando para el día en que su
población se ensanche y engrandezca, la esclavitud y la miseria
que serán el infalible resultado de estar aquella dividida para
entonces, entre una copia enorme de colonos humildes e infelices,
y un número demasiado corto de opulentos y soberbios
propietarios...”
Interrumpe la perorata la llegada de la Criada, vestida con ropas desgastadas y
remendadas, cargando una enorme fuente con un lechón cocinado.
Los convidados prorrumpen en exclamaciones de alegría, y alzan sus copas.
ESCENA 42
EXTERIOR. TARDE. PATIO TRASERO DE LA CASA
La Criada, en un plato roto de barro o una hoja de plátano, lleva algunas
sobras de comida al Mendigo Negro, quien está sentado sobre un suelo
salpicado por manchas de sangre.