Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

Adentro, el Presidente del Congreso lee el texto de la Ley que se acaba de
aprobar:
PRESIDENTE DEL CONGRESO:
-“1° Abolida para siempre la esclavitud en Venezuela 2°
Cesante la obligación de prestar servicios los manumisos 3°
Libres los esclavos extranjeros que pisen el territorio de la
República”...
La gente del pueblo y los esclavos liberados que se agolpan ante las ventanas
arrojan sus sombreros al aire, se abrazan y prorrumpen en prolongada ovación.
El diputado oligarca Vicente Amengual interrumpe la lectura gritando:
VICENTE AMENGUAL:
-¡La propuesta de libertar los esclavos es digna de Hebert,
Chaumete y Blanqui, propagandistas del comunismo en
Francia, porque envuelve la idea, o cuando menos nos
señala un comunismo espantoso!
Las rechiflas desde la barra de las ventanas lo acallan, y los diputados
conservadores vuelven la asamblea una algarabía.
Un diputado conservador comerciante, con ropas lujosas, sortijas y ostentoso
pisacorbatas, arrellanado en su silla, convoca con el gesto a otros
conservadores, que se inclinan para escucharlo como en una pequeña
asamblea:
DIPUTADO CONSERVADOR COMERCIANTE:
-Aquí entre nos, más barato que el esclavo sale el peón: no
hay que comprarlo, no hay que alimentarlo cuando está
enfermo o viejo o no hay trabajo, y nos pertenece por lo
que nos debe en las tiendas de raya. Aquí el problema es
quién va a pagar esa liberación.
El Presidente del Congreso toca la campanilla y carraspea para imponer
el orden, y continúa la lectura:
PRESIDENTE DEL CONGRESO:
- “4° Los dueños de los esclavos serán indemnizados.”
Gran ovación y aplausos de los diputados conservadores.
Un repentino silencio se hace en la barra de la calle.