Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

DIPUTADOS CONSERVADORES:
-¡No, no! ¡Eso es comunismo! ¡El fin de la propiedad!
¡Comunismo! ¡Comunismo!
(Se intercalan tomas del baile de tambor)
Zamora se saca del bolsillo interior de la chaqueta un folio con anotaciones y
diagramas, y lo muestra en alto:
ZAMORA;
-Propongo un plan para repartir entre los liberados
extensiones de tierras baldías en Barlovento, El Tuy y los
valles de Aragua, en usufructo y sin pago de alquileres,
para convertirlos en productores independientes. ¡Sin
tierras para trabajar, no hay hombres libres!
DIPUTADOS CONSERVADORES Y ALGUNOS
LIBERALES:
-¡No! ¡comunismo! ¡Anarquismo! ¡Es el fin de la
propiedad! ¡Nunca! ¡No conseguiremos peones! ¡Nadie nos
trabajará en las haciendas! ¡Comunista! ¡Anarquista!
Zamora pasea la mirada por la sala, en la cual el creciente escándalo de los
diputados impide hablar, y verifica que muchos de los liberales se unen a la
grita contra la repartición de tierras.
En las escenas de celebración intercaladas, cesa la música de tambor, y los
esclavos se quedan inmóviles, desorientados ante el abrupto fin de la fiesta.
ESCENA 36
EXTERIOR. DÍA. CALLE DE CARACAS.
Zamora camina molesto por una calle de la Caracas de la época, llevando
todavía en la mano el arrugado legajo con la propuesta rechazada en el
Congreso, cuyas páginas hace una bola una a una con la mano antes de tirarlas
al empedrado.
A su lado camina Gaspers, un tanto envejecido, que comenta filosófico:
GASPERS:
-Tú no conoces, Ezequiel, la malignidad del enemigo…
Cuando creas que no puede ir más lejos, que ha alcanzado
su límite… apenas comienza.