Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

En la casa que aloja el Estado Mayor de los federales, Zamora comenta, con la
mayor tranquilidad, con la mirada perdida:
ZAMORA:
-Ya tomaron El Trapiche.
Juan Crisóstomo Falcón y Guzmán Blanco saltan demudados de sus sillas ante
la mesa con los rudimentarios mapas, al verificar la cercanía del enemigo.
Detrás de Falcón, como una sombra, el sargento G. Morón, que fusil en mano
funge como una especie de guardaespaldas.
Añade Zamora:
ZAMORA:
-¡Pisaron el peine!
ESCENA 20
EXTERIOR. DÍA. CAMPO EN LAS AFUERAS DE SANTA INÉS
Los cornetas del ejército oligarca tocan ataque.
Arengados por sus oficiales, los soldados salen a campo descubierto a
perseguir a los zamoristas que huyen en dirección hacia Santa Inés, largando
apenas disparos sueltos.
Montado en un caballo fresco, el general Pedro Ramos grita, sable en mano,
señalando hacia los fugitivos.
La caballería del ejército oligarca galopa en la dirección señalada, y tras ellos,
a la carrera, los soldados de infantería, que avanzan un buen trecho acelerando
cada vez más la marcha hacia las afueras de Santa Inés.
Centenares de metros más adelante, desde otras trincheras más retiradas y
mejor cavadas el ejército federal los recibe de nuevo con un fuego implacable,
que los diezma.
Arrastrados con infinito esfuerzo por soldados de infantería, llegan dos
canones del ejército oligarca.
Los artilleros del ejército oligarca, dirigidos por el viejo oficial Meneses,
disparan cañonazos que parecen sacudir sin dañar las fortísimas barricadas
de troncos que cierran el paso hacia las calles de Santa Inés.
ESCENA 21
EXTERIOR. TARDE. AFUERAS DE SANTA INÉS
Zamora espolea su caballo hacia una loma que domina el campo de batalla,
con el sombrero adornado con flores amarillas de la sabana, viendo el terrible
espectáculo en compañía de Gaspers y de algunos oficiales, y repite, como
reprochando la imprudencia de sus enemigos:
ZAMORA: