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-El que coge por el camino de la sangre no puede<br />
devolverse. Y la sangre lleva al poder, y el poder te vuelve<br />
igual a tu enemigo.<br />
Zamora guarda un reconcentrado silencio, como si las palabras de Páez le<br />
removieran algo.<br />
PÁEZ:<br />
-Mírese en mí, Catire. Si llega a mi edad, se acordará de<br />
este viejo.<br />
Un cuatrista, acompañándose con su instrumento, interpreta con sorna y<br />
melancolía los siguientes versos de la época:<br />
CUATRISTA:<br />
Cuando Monagas mandaba<br />
Era un buen hombre, excelente<br />
Porque con él “se mamaba”<br />
Y para ese tiempo estaba<br />
Páez, el Esclarecido<br />
Echado en eterno olvido<br />
Porque no tenía que dar.<br />
Sea civil o militar<br />
¡Desgraciado del caído!<br />
En primer plano, un grupo de esclavas y de esclavos negros rompen a gritar<br />
atronadoramente, agitando escardillas y machetes:<br />
ESCLAVAS Y ESCLAVOS:<br />
-¡Tierra y hombres libres! ¡Hombres libres! ¡Hombres<br />
libres!<br />
ESCENA 32<br />
INTERIOR. DÍA. VENTANAS DE LA CASA DEL CONGRESO EN LA<br />
PLAZA DE SAN FRANCISCO<br />
Generador de caracteres: Caracas, 1854<br />
Una apretada muchedumbre de negros y negras se apretuja en marzo de 1854<br />
ante las rejas de las ventanas de la casona donde funciona el Congreso,<br />
gritando, casi como continuación del plano anterior:<br />
NEGRAS Y NEGROS:<br />
-¡Hombres libres! ¡Hombres libres! ¡Hombres libres!