12.05.2013 Views

Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

A medida que la carnavalesca turba evoluciona, un viento cada vez más<br />

intenso forma una polvareda. Los faldones de las levitas tremolan, los<br />

petimetres se agarran los sombreros.<br />

Un viejo venerable, con estropeado uniforme militar y cargado de cadenas y<br />

grillos, se tambalea sobre su montura.<br />

La ventolera cimbra los matorrales de la vera del camino. Vuelan papeles,<br />

plumas.<br />

El cielo empieza a oscurecerse.<br />

El dictador, general Julián Castro, a caballo y con ostentoso uniforme lleno de<br />

dorados y condecoraciones, con una gallina robada atada al cinto, se desgañita<br />

como un presentador de feria, señala al prisionero y exhibe órdenes de<br />

detención:<br />

JULIÁN CASTRO:<br />

¡En nombre del ejército me nombro y juramento Presidente<br />

de la República!<br />

¡Aquí va cargado de cadenas el Libertador de los Esclavos,<br />

José Gregorio Monagas!<br />

¡Aquí está la orden de detención para José Tadeo Monagas!<br />

¡Aquí está la orden de detención para el faccioso Ezequiel<br />

Zamora!<br />

¡En las elecciones participará un solo partido, el<br />

Conservador!<br />

¡Vivan los propietarios! ¡Vivan los ricos! ¡Viva la<br />

propiedad!<br />

¡Viva yo, Julián Castro!<br />

¡La Causa es común para todos!<br />

Con la última arenga, el dictador Julián Castro saluda con el decorado<br />

bicornio lleno de plumas que Páez estuvo a punto de ponerse y dejó sobre una<br />

mesa en la escena del capítulo 1. Su imagen queda congelada, en medio de un<br />

ensordecedor estruendo de desacompasadas cornetas y tambores.<br />

El Mendigo Viejo se sienta en el suelo en medio del tropel, se descarga la<br />

piedra de amolar de la encorvada espalda, la planta en el polvoriento camino,<br />

y desde el suelo alza la mirada, desafiante.<br />

El mendigo toma la zanfoña que cuelga de su pecho atada con una cuerda, y<br />

toca el escalofriante compás de tonos ascendentes y descendentes del<br />

amolador.<br />

La imagen de su rostro queda congelada.<br />

Del cielo, cargado de nubes amenazantes, brota un relámpago.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!