Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

En la hostia consagrada mi cuerpo sea cortado
Ni mi sangre derramada
Lazos y cadenas en mí sean reventados
¿Traes pies? No me sigas
¿Traes boca? No me hables
¿Traes manos? No me agarres.
¿Traes ojos? No me veas
¿Traes oídos? No me oigas.
¡Oh, Justo Juez! Mis enemigos veo,
veo venir.
Con su abundante cabellera casi cubriéndole la cara, Viviana desorbita los
ojos y mira directo hacia delante, por encima del hombro de Zamora.
Mientras Viviana reza, el oficial y los soldaditos entran al rancho y luego el
oficial, apuntando hacia Viviana y Zamora fusiles, bayonetas y sables.
El teniente Julián Castro toma a Viviana por la cabellera y la separa de
Zamora con un violento tirón.
VIVIANA:
-Es mi hombre, y se llama Juan Pérez.
De un empellón, sacan a Viviana del rancho, cayéndole a culatazos, y golpean
también al exánime Zamora.
ESCENA 51
EXTERIOR. DÍA. ALREDEDORES DEL RANCHO DE VIVIANA
El teniente Julián Castro y los soldaditos arrastran al desmayado Zamora fuera
del rancho, lo atan con un cabestro y lo montan como un fardo en una mula.
Tras un matorral, varios soldaditos siguen golpeando a culatazos a Viviana,
que grita con rabia.
Zamora entreabre los ojos, capta borrosamente parte de la escena, distingue
los rostros de los captores, y vuelve a perder el conocimiento.
Un soldadito toma una chamiza del fogón, la sopla para avivar la llama, y la
acerca al techo de paja, que empieza a incendiarse.
ESCENA 52
EXTERIOR. DIA. CAMPAMENTO MILITAR