Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

Aprovechando las tomas de escenas anteriores, puede entrar por fade in la
imagen de un velero parecido a los de la época, o de parte de él, que navega
por el mar.
ESCENA 25
INTERIOR. DÍA. COMEDOR DE UNA CASONA EN MESA DE
TABASCA
Generador de caracteres: Mesa de Tabasca, 1859.
Primer plano del general Falcón, con su fantasioso uniforme, sentado ante una
mesa con manteles de encaje, servilletas de lino, refinada vajilla y cubiertos de
plata, en la cual una criada desarrapada sirve una gran fuente. Detrás de
Zamora, como una sombra, está el sargento G. Morón, un soldado de mala
catadura, que rumia constantemente una mascada de tabaco y en ningún
momento suelta el fusil que tiene prevenido ante sí. El sargento G. Morón casi
le arrebata la fuente a la criada, y la sirve directamente ante Falcón. La criada
hace una reverencia, y se marcha, dirigiendo una mirada de desconfianza
hacia el intranquilizante guardaespaldas.
Ante la mesa también están Antonio Guzmán Blanco, con su llamativo
uniforme de teniente, los dos políticos a quienes vimos reunidos con Falcón en
el hotel de Curazao, decorados con fastuosos uniformes de fantasía, y Zamora,
con su sencillo atuendo.
Falcón, sonríe, con comunicativa felicidad:
FALCÓN:
-¡Pastel de chivo! ¡La mayor exquisitez de la cocina
coriana!
Falcón se incorpora con una paleta de plata en la mano, corta una gran porción
y empieza a servirla en su propio plato.
FALCÓN:
-¡Y hay para todos, según su apetito!
Antonio Guzmán Blanco, trocada su expresión de desdén de petimetre en
solicitud, añade, señalando botellas, caja de tabaco y cafetera:
ANTONIO GUZMÁN BLANCO:
-¡Y para todos los gustos, general Zamora! Mire, le
he conseguido oporto, tabacos capadare, café volón...
Después de haberse servido gran parte del pastel, el general Falcón empuja la
fuente hacia Zamora, quien la rechaza con un discreto gesto, tras lo cual dice,
con expresión impenetrable: