You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
-No puedes matarme. Ya estamos muertos todos. Lo<br />
que importa es cómo vivimos.<br />
Antonio Guzmán Blanco baja lentamente el revólver, sin decidirse a guardarlo<br />
en la funda:<br />
ANTONIO GUZMÁN BLANCO:<br />
-¡No digas nada!<br />
VIVIANA:<br />
-Lo único que no se dice es lo que todo el mundo<br />
sabe.<br />
GUZMÁN:<br />
-Si llega a vivir más, hubiera sido como nosotros.<br />
VIVIANA:<br />
-Entonces, ¿Por qué lo mataron?<br />
GUZMÁN:<br />
-Yo necesitaba saber quién soy.<br />
Viviana sube por un reguero de escombros hacia el gran boquete del muro<br />
derruido, donde queda perfilada contra el cielo azul, se vuelve hacia Guzmán<br />
y dice:<br />
VIVIANA:<br />
-Tú no eres grande. Sólo importante.<br />
Sintiéndose desenmascarado, Guzmán, en un arrebato, vuelve el revólver<br />
contra sí mismo y se pone el cañón del arma en la boca.<br />
Viviana se ciñe la lanza a una tosca faja de trapo que le ciñe el talle, alza de<br />
nuevo los ojos hacia Guzmán, y le dice, lentamente:<br />
VIVIANA:<br />
-Tú no mereces morir rápido.<br />
Viviana salta hacia el exterior. Un instante después, sólo quedan los restos del<br />
muro derruido, y el cielo azul.<br />
ESCENA 33<br />
INTERIOR. PATIO DE CASA DERRUIDA EN SAN CARLOS<br />
Antonio Guzmán Blanco resopla varias veces gruñendo, para darse valor para<br />
disparar, y se saca tembloroso el cañón del revólver de la boca, lo guarda en