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Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

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-Gracias... Esto es suyo... Me la dio el catire Páez en<br />

las Queseras del Medio... donde voy no la necesito...<br />

Zamora toma en su mano la punta de lanza, la examina y discierne una “P”<br />

toscamente grabada en el mango.<br />

Gavilán abre la boca, pone en blanco los ojos y expira.<br />

EL SECRETARIO mira con codicia hacia la punta de lanza, consulta el<br />

legajo, y lee, consultando las hojas:<br />

SECRETARIO:<br />

-Se procederá al embargo de bienes muebles e<br />

inmuebles... comprendidas herramientas...<br />

Zamora, a punto de perder el control, le asesta una feroz mirada.<br />

El SECRETARIO alza los ojos en busca de aprobación hacia el OFICIAL, el<br />

cual, asqueado de la usura leguleya, hace una mueca de desdén, frunce el ceño<br />

y mueve la cabeza negativamente.<br />

ESCENA 4<br />

EXTERIOR. CREPÚSCULO. CASA DE HATO DE GAVILÁN<br />

Zamora, Gaspers y sus cuatro llaneros terminan de cubrir de tierra una tosca<br />

sepultura. Gaspers lee de un estropeado volumen del utopista Gracus Babeuf,<br />

como si fuera un libro de oraciones:<br />

GASPERS:<br />

-“Veo sin camisa, sin traje, sin zapatos, a la mayoría de los<br />

que cultivan el lino y el cáñamo, la mayoría de los que<br />

producen las materias textiles, la lana o la seda, la mayoría<br />

de los que las hilan, hacen la tela y los tejidos, preparan el<br />

cuero, confeccionan los zapatos. Veo igualmente que les<br />

falta casi todo a los que trabajan manualmente... si observo<br />

seguidamente la débil minoría a la que nada falta, aparte de<br />

los propietarios de los terrenos, la veo compuesta de<br />

aquellos que no producen nada... ¡El pueblo se basta a sí<br />

mismo!”<br />

Gaspers cierra abruptamente el libro. Ninguno de los presentes parece<br />

encontrar nada extraño en el curioso responso, de tono casi evangélico.<br />

El escribiente lee un papel que acaba de redactar, y lo entrega a Zamora:<br />

ESCRIBIENTE:

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