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Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

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ESCENA 26<br />

EXTERIOR. DÍA. DESPACHO DEL PRESIDENTE MONAGAS<br />

En el despacho del presidente Monagas comparece Ezequiel Zamora.<br />

El mandatario le informa, mientras muestra un documento tras otro, y el<br />

secretario dirige temerosas miradas al visitante:<br />

MONAGAS:<br />

-Páez se alzó en armas con los conservadores. Mire la carta que<br />

me manda: “Ya Vuecencia no inspira confianza a la parte más<br />

sana, más concienzuda y más fuerte de la sociedad”.Me exige que<br />

renuncie a la Presidencia. Se pregunta si habrá esperanzas de que<br />

se reúna otro Congreso independiente en Venezuela. Desconoce<br />

el pronunciamiento del propio Congreso, que me comunica:<br />

“Cualquiera que sea la naturaleza del alzamiento del general Páez<br />

y sus propósitos, la Cámara de Representantes se une a Vuecencia<br />

para condenar el hecho y lamentar los males que pueden serle<br />

consiguientes”. Acabo de decretar una amnistía para todos los<br />

sublevados en anteriores insurrecciones. Ezequiel Zamora, su<br />

condena está sobreseída. Le encargo organizar un batallón en<br />

Villa de Cura en defensa de la Constitución.<br />

Zamora queda un instante pensativo. Luego se incorpora ante el Presidente,<br />

derecho como una lanza, y sin decir palabra le tiende la mano a Monagas.<br />

Ambos se dan un apretón, vigorosamente.<br />

ESCENA 27<br />

INTERIOR. MADRUGADA. CASONA DE PÁEZ EN MARACAY<br />

Acostada en una cama de alto copete, entre candelabros con velas ardientes,<br />

flanqueada por las dos esclavas negras, con la cabellera desordenada sobre la<br />

almohada, Barbarita Nieves respira con dificultad en la agonía, los ojos<br />

semicerrados.<br />

BARBARITA:<br />

-¡Teté...!<br />

José Antonio Páez se abalanza sobre la moribunda, que deja caer la cabeza<br />

sobre el regazo.<br />

Páez le toma las manos, trata de encontrar el pulso, le cierra los ojos, le<br />

acaricia la frente.<br />

Luego se incorpora y vuelve la espalda para que las esclavas no vean su<br />

expresión de dolor, quedando frente a la cámara:

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