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seguido por grupos de negros que son evidentemente esclavos fugados de las<br />
haciendas.<br />
RAFAEL FLORES CALVAREÑO:<br />
- ¡Libertad para los esclavos! ¡Viva la libertad!<br />
Antonio Leocadio se da vuelta en la montura, y contempla la comitiva de<br />
seguidores con abierto temor.<br />
ESCENA 23<br />
INTERIOR. DÍA. SALA DE LA CASA DE PÁEZ<br />
Barbarita Nieves toca en el piano un arreglo de la escena del desafío del<br />
Comendador en el Don Giovanni, de Mozart.<br />
Operático, con primorosa camisa de lujo de la época, Páez canta la parte del<br />
Comendador, mientras una de las esclavas sostiene ante él una partitura:<br />
PÁEZ:<br />
-“¡Don Giovanni!<br />
M´ invitaste<br />
A cenar teco!”<br />
BARBARITA:<br />
-Con mas astucia, Teté. Don Juan ha invitado a la<br />
estatua del Comendador a una cena, para mostrarle<br />
su desprecio. Pero el Comendador, el Convidado de<br />
Piedra, es quien va a arrastrar a Don Juan al fuego<br />
eterno.<br />
Páez repite el pasaje, extremando la teatralidad, con largos calderones.<br />
PÁEZ:<br />
-¡Don Giovanniii<br />
M´invitasti<br />
A cenar teeeecoooo!<br />
Irrumpe el teniente Julián Castro y se cuadra ante el teatral Páez:<br />
JULIÁN CASTRO:<br />
-Jefe. A la comitiva de Antonio Leocadio se le está<br />
uniendo un tumulto.<br />
Páez sonríe, sin incorporarse:<br />
PÁEZ: