Capitulo 1.pdf - Carpe Diem

Plano general de una clásica carga de caballería llanera en medio de un
pajonal.
La cámara multiplica primeros planos, cada vez más cercanos, de los cascos
de las bestias, sus cabezas, sus crines a galope tendido, el puntiagudo erizo de
lanzas.
Una lanza parece acometer de manera fulminante la cámara.
Gritería y choques de cuerpos en Off, que connotan un feroz encontronazo.
ESCENA 24
INTERIOR. NOCHE. LUJOSO HOTEL EN CURAZAO
Vemos un primerísimo primer plano del rostro de Antonio Guzmán Blanco,
que con cierta preocupación, anuncia:
ANTONIO GUZMÁN BLANCO:
-Zamora acaba de tomar Cabudare, Yaritagua, la
plaza de Araure. Controla el camino al llano.
Contraplano de Falcón que, un tanto envarado, contesta.
FALCÓN:
-Ha llegado el momento de desembarcar en
Venezuela. Los políticos tenemos que tomar en
nuestras manos esta guerra. Eso sí, por elemental
prudencia, desembarcaremos en la zona que ya tiene
dominada Zamora.
La cámara, al alejarse, muestra que Juan Crisóstomo Falcón, frente a un
espejo, hace que un sastre, cinta métrica al brazo, la boca llena de alfileres,
hilos y tijeras en mano, le realice los últimos ajustes a un esplendoroso traje
de general, fulgurante de dorados. Falcón levanta la mirada hacia Guzmán,
esperanzado:
FALCÓN:
-¿Cómo me veo?
ANTONIO GUZMÁN BLANCO:
-Comme il faut, mon general.
La cámara se aleja, y muestra a Antonio Guzmán Blanco revestido con un
fantasioso uniforme de teniente, todavía más llamativo.
El petimetre choca los talones y hace un ceremonioso saludo militar, no
exento de ironía.
La cámara se acerca al cuadrito con el romántico cromo del velero en alta mar.
Sobre él, en fade in, entra una toma de mar.